"El presunto plan de gobierno alternativo, sin embargo, continúa siendo tan invisible como el hipotético equipo técnico que el señor Castillo no quiere exponer ante la opinión pública".  (Facebook)
"El presunto plan de gobierno alternativo, sin embargo, continúa siendo tan invisible como el hipotético equipo técnico que el señor Castillo no quiere exponer ante la opinión pública". (Facebook)
Editorial El Comercio

Que y el ideario de presentado como programa de gobierno antes de la primera vuelta son un flanco abierto para la candidatura de es una verdad evidente. En el caso de Cerrón, secretario general del partido por el que Castillo postula, hablamos de una persona que tiene una sentencia confirmada por el Poder Judicial por negociación incompatible –esto es, corrupción– que comprende una condena de cuatro años de prisión suspendida y la obligación de pagar S/850.000 de reparación. Junto a él, además, se encuentra condenado también Henry López, exgerente del Gobierno Regional de Junín e integrante del círculo cercano a Cerrón en el partido. Las notorias afinidades de este último con el gobierno chavista de Venezuela, sus anuncios de “vías” abiertamente inconstitucionales para llegar a la asamblea constituyente que su organización política promueve y sus exabruptos sexistas o antisemitas pesan, adicionalmente, de manera aparatosa en la ‘mochila’ de Castillo.

En lo que se refiere al ideario y plan de gobierno, por otra parte, los problemas tienen que ver tanto con carencias –ni una palabra se dice en él a propósito de la crisis de la pandemia que enfrenta hace más de un año el país– como con declaraciones expresas de proyectos que –como, por ejemplo, el de “evaluar” los contenidos de los programas de radio y televisión para evitar que “atenten” contra la moral y las buenas costumbres de la sociedad peruana– amenazan de manera directa las instituciones de la democracia.

Consciente de la medida en que tales factores juegan en su contra, Castillo ha intentado en varias oportunidades tomar distancia de ellos, pero poco le ha durado el esfuerzo.

“Hemos trabajado un plan de gobierno [distinto al ideario]. Más allá de lo que diga o deje de decir Cerrón, el que va a gobernar soy yo”, sentenció tres semanas atrás. Y hace apenas unos días, insistió: “El señor Cerrón no tiene nada que ver acá, en esta lucha. Esta lucha la hace el pueblo al margen de otras actitudes”.

El presunto plan de gobierno alternativo, sin embargo, continúa siendo tan invisible como el hipotético equipo técnico que el señor Castillo no quiere exponer ante la opinión pública para evitar que lo “terruqueen”, y el secretario general de Perú Libre sigue apareciendo de manera protagónica en actividades que tienen que ver con la campaña y el diseño mismo del gobierno al que esa organización política aspira. Nos referimos a su participación en la reunión entre Pedro Castillo y el embajador ruso Igor V. Romanchenko (para tratar sobre la posible compra de vacunas Sputnik V contra el coronavirus), así como en las tratativas entre , y Perú Libre para cerrar el acuerdo con miras a la segunda vuelta que se anunció la semana pasada.

A esos datos hay que añadir, por otro lado, un elocuente tuit de este domingo. En él, Cerrón escribió: “Hemos conversado con el doctor sobre la creación del ministerio de Ciencia y Tecnología, y nos agrada contar con su concurso. ¡Bienvenido!”. Y más allá de las precisiones que luego Montoya hizo a este Diario (“No formo parte de ningún equipo”), lo que queda en evidencia es que Cerrón se siente con la autoridad suficiente como para fungir de reclutador de técnicos para el equipo que Castillo necesita, e incluso para decidir qué nuevos ministerios debería crear su eventual gobierno. Es decir, que aquello de que “no tiene nada que ver” en la campaña queda en entredicho.

En las pocas entrevistas que el candidato de Perú Libre concede a los medios en estos días, por último, la nebulosa programática y la permanente atribución de decisiones y responsabilidades sobre asuntos medulares “al pueblo” indican que no tiene más norte que las frases que colman el panfleto presentado en su oportunidad ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).

Pedro Castillo podrá negar los hilos que lo atan a Cerrón y su ideario, pero los hechos lo desmienten.