Gianella Pittman

La neurobiología pediátrica en el Perú es un campo emergente con gran potencial para transformar la comprensión del desarrollo cerebral infantil. Sin embargo, enfrenta desafíos que limitan su aplicación en investigación y práctica clínica.

Uno de estos desafíos es la falta de infraestructura adecuada para el diagnóstico y el tratamiento de trastornos neurobiológicos en la infancia, como el autismo y el TDAH. Muchos hospitales carecen, entre otras tantas cosas, de equipos avanzados para realizar resonancias magnéticas funcionales y tomografías por emisión de positrones, esenciales para detectar anomalías cerebrales tempranas; así como de especialistas y laboratorios especializados que permitan detectar predisposiciones a trastornos del neurodesarrollo.

En nuestro país, solo unos pocos hospitales en Lima, como el Instituto Nacional de Salud del Niño, cuentan con neurología pediátrica; sin embargo, los recursos son insuficientes. En otras regiones, este problema es aún más crítico, ya que la falta de equipamiento obliga a muchas familias a viajar a la capital.

Es fundamental que el Estado fortalezca los servicios de salud neurológica infantil y cree centros de diagnóstico y tratamiento en el ámbito nacional, y que las universidades promuevan investigaciones en biología, psicología y neurociencias. Estas medidas permitirían la detección temprana de trastornos del neurodesarrollo y mejorarían las intervenciones médicas y el acceso a tratamientos, lo que optimizaría la calidad de vida de los niños y el impacto de la neurobiología pediátrica en la salud pública.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Gianella Pittman es estudiante de Biología en la Universidad Peruana Cayetano Heredia

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