
La neurobiología pediátrica en el Perú es un campo emergente con gran potencial para transformar la comprensión del desarrollo cerebral infantil. Sin embargo, enfrenta desafíos que limitan su aplicación en investigación y práctica clínica.
Uno de estos desafíos es la falta de infraestructura adecuada para el diagnóstico y el tratamiento de trastornos neurobiológicos en la infancia, como el autismo y el TDAH. Muchos hospitales carecen, entre otras tantas cosas, de equipos avanzados para realizar resonancias magnéticas funcionales y tomografías por emisión de positrones, esenciales para detectar anomalías cerebrales tempranas; así como de especialistas y laboratorios especializados que permitan detectar predisposiciones a trastornos del neurodesarrollo.
En nuestro país, solo unos pocos hospitales en Lima, como el Instituto Nacional de Salud del Niño, cuentan con neurología pediátrica; sin embargo, los recursos son insuficientes. En otras regiones, este problema es aún más crítico, ya que la falta de equipamiento obliga a muchas familias a viajar a la capital.
Es fundamental que el Estado fortalezca los servicios de salud neurológica infantil y cree centros de diagnóstico y tratamiento en el ámbito nacional, y que las universidades promuevan investigaciones en biología, psicología y neurociencias. Estas medidas permitirían la detección temprana de trastornos del neurodesarrollo y mejorarían las intervenciones médicas y el acceso a tratamientos, lo que optimizaría la calidad de vida de los niños y el impacto de la neurobiología pediátrica en la salud pública.