En Beirut, Líbano, vive Billy Karam, un expiloto amateur que desde muy pequeño tuvo una afición por los autos. Pero como no podía comprarse uno, Billy creció con una premisa: “Si no puedes comprar los grandes, puedes adquirir los pequeños”. Y así fue.
Hoy cuenta con la colección de autos a escala más grande del mundo (supera los 30 mil) y ya le dieron el Record Guinness en el 2011.
En su museo se pueden apreciar autos de juguete de todas las marcas, algunas maquetas con simpáticas representaciones y hasta homenajes para históricos del automovilismo, como Ayrton Senna y Michael Schumacher.