El presidente Vizcarra fue enfático el jueves pasado en Urubamba: "Hay evaluaciones y estudios que se han hecho por 15 años. Esto no es una improvisación. El Aeropuerto de Chinchero va", afirmó. Con esta declaración, el mandatario respondía a una nueva reacción contra el proyecto, recogida esta vez por el medio británico "The Guardian", que en su edición del 15 de mayo tituló: "Lo destruiría: el nuevo aeropuerto internacional de Machu Picchu enciende la indignación".
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El reportaje abundaba sobre los peligros que el futuro terminal aéreo tendría sobre el parque arqueológico de Chinchero, zona patrimonial a 28 km de la ciudad de Cusco, dentro del Valle Sagrado. Con declaraciones de la historiadora de arte Natalia Majluf, la nota alertaba sobre una urbanización acelerada del entorno, la informalidad, la venta ambulatoria, la inseguridad, la contaminación del aire y la posibilidad de que aviones sobrevuelen la ciudadela inca si el aeropuerto llegara a construirse. (*)
Si bien el presidente afirma ampararse en los estudios de expertos, las voces que se oponen al proyecto no se enfocan en los análisis económicos, tecnicismos aeronáuticos ni aspectos legales, sino a la urgencia de preguntarse si una infraestructura de tal magnitud es conveniente y necesaria en un espacio protegido y de delicado equilibro. Para Majluf, como declaró a "The Guardian", el riesgo es demasiado costoso, pues la obra destruiría el paisaje cultural de la zona y los modos tradicionales de vida de sus comunidades. La misma postura es asumida por el periodista Rafo León, para quien es necesario analizar los daños que causaría el aeropuerto no solo desde la perspectiva del turismo sino, básicamente, en función a la calidad de vida de la población local y el arraigo con su historia. Sobre el impacto que el proyecto constructivo tendrá en el patrimonio cultural, León advierte dos escenarios: los efectos directos sobre Chinchero y los indirectos en la ciudad de Cusco, el Valle Sagrado y el mismo Machu Picchu.
UN DELICADO EQUILIBRIO
"El parque contiene un valioso conjunto arqueológico, el palacio de Túpac Yupanqui, un tramo muy importante del Qapac Ñan (de Chinchero a Urquillo) y un pueblo mestizo virreinal en el que destaca el templo de Nuestra Señora de Montserrat (inicios del siglo XVII) además de una activa cultura viva", señala León. Asimismo, la zona incluye doce comunidades, muchas de ellas dueñas de una sofisticada tradición textil. "Actualmente las tejedoras están organizadas en asociaciones y empresas que contribuyen a que su arte no se pervierta por el turismo inculto", dice.
Para el periodista los riesgos son reales: hace tres años, antes de colocarse la primera piedra del proyecto, frente a Chinchero surgió un poblado llamado Las Lomas, sin redes de agua ni desagüe, totalmente descontextualizado en relación al paisaje natural y cultural de la zona. "En el Perú, los parques arqueológicos no tienen una zona de amortiguamiento como sí ocurre con las Áreas Naturales Protegidas. Las Lomas es la prefiguración de lo que sería Chinchero con el aeropuerto", alerta. Natalia Majluf opina lo mismo sobre estos edificios, algunos de cuatro pisos de alto. Los define como la cara visible de una modernización "achorada", emprendida sin planificación ni criterio. Para el recordado conductor de "Tiempo de viaje", la preocupación por el futuro de Chinchero se origina por la abundancia de antecedentes lamentables, sea el pueblo de Machu Picchu (antes Aguas Calientes), el manejo de Ollantaytambo, la periferia urbana de Cusco, Chivay y otros pueblos del Colca, la ruta del Salcantay, entre muchos otros lugares que crecieron de manera silvestre en torno a la alta concentración de turistas. "Es exactamente lo que sería Chinchero de concretarse el aeropuerto", lamenta León.
LA RESPUESTA OFICIAL
Frente a esta polémica, el Ministerio de Cultura ya ha ofrecido su posición institucional. Guillermo Cortés, viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura, precisa que el proyecto del Aeropuerto de Chinchero, además de ser un proyecto de interés nacional, es una necesidad del pueblo cusqueño. "Es un proyecto de muchos años, para el cuales se han realizado todos los estudios. Solucionará el problema que se tiene ahora con el Aeropuerto Velasco Astete y proyecta un crecimiento importante de la actividad turística del Cusco". El funcionario del MinCul asegura que el Aeropuerto de Chinchero es también un proyecto que se desarrolla en un ámbito para el cual se han tomado todas las previsiones y los cuidados para no afectar el patrimonio.
Cortés define la publicación de "The Guardian" como "exagerada". "Entiendo la preocupación del medio, pero el artículo hace especulaciones. No tiene los elementos necesarios para afirmar los supuestos peligros que el aeropuerto", señala.
LOS VIENTOS FAVOR
Juan Stoessel, Gerente General de la cadena hotelera Casa Andina y Vice Presidente de la Cámara Regional de Turismo del Cusco, también es crítico del reportaje del diario londinense, considerándola una campaña de desinformación contra el proyecto. "Es muy fácil meter miedo", afirma.
"No está bien que las personas que forman parte de esta campaña digan medias verdades y mentiras. Ni un camino inca cruza la propiedad, ni tampoco hay restos arqueológicos en el terreno, ni tampoco se afectará el acuífero de la zona. El Cusco no se va a quedar sin agua y los aviones no sobrevolarán Machu Picchu. Son cosas que no tienen ningún sentido", respondió. Stoessel dice comprender la preocupación de quienes se han manifestado contra el proyecto, pues el desorden y la informalidad propia del país son un riesgo. "Pero lo que no es posible es que las autoridades locales, regionales y nacional no sean capaces de hacer un ordenamiento de la zona, así como declarar un área intangible y otra de amortiguamiento".
Para el empresario, el Aeropuerto de Chinchero se enmarca dentro de un plan nacional para el desarrollo del turismo muy claro, con el objetivo de hacer del Perú una potencia mundial de la industria sin chimeneas. "En este plan, uno de estos puntos centrales es el aeropuerto Velasco Astete del Cusco. Es un aeropuerto mal ubicado, dentro de la ciudad, imposible de ser ampliado y que alcanzará su límite de operaciones en tres o cuatro años. Ya no puede crecer más su flujo turístico", señala.
LOS OTROS IMPACTOS
En sus críticas al proyecto, Rafo León advierte los daños indirectos que enfrentarán la ciudad del Cusco, el Valle Sagrado y Machu Picchu. "Muchos turistas preferirán ir directamente del aeropuerto al valle para ahorrarse el soroche del Cusco, poniendo en peligro la sostenibilidad de hoteles, restaurantes y otros negocios de los que vive la ciudad", afirma.
Stoessel opina lo contrario: "Cusco es un atractivo espectacular dentro del circuito turístico. En todo caso, Cusco perderá si no solucionamos el cuello de botella que hoy padece en su conectividad", afirma. Por otra parte, para el periodista, la ciudadela de Machu Picchu no soporta más visitas turísticas por día. "La capacidad de carga no se cumple, Unesco lo tiene entre las cejas y cada vez hay más opiniones en publicaciones especializadas en el sentido de que la experiencia de visitar Machu Picchu es tan caótica y contaminada que al final el destino resulta sobre vendido", afirma.
Sin embargo, Juan Stoessel opina lo contrario: "Mucha gente dice que Cusco recibe ya demasiados turistas. La verdad, el turismo en el Perú está en pañales si nos comparamos con cualquier destino similar. Machu Picchu se ve colapsado por la pésima gestión que tiene, un manejo que no se renueva desde los años 70, cuando 300 personas visitaban la ciudadela al día. "Hoy son 1500 personas y seguimos con el mismo manejo", dice.
BUSCANDO UN EQUILIBRIO
A decir del Ministerio de Cultura, lo que busca el portafolio es impulsar el desarrollo de la zona, y que el entorno asociado al aeropuerto se haga de acuerdo a una serie de parámetros que protejan el paisaje y la armonía con las tradiciones de la zona. "Pero más allá de las funciones que tenemos que cumplir en el ministerio, está el tema de entender qué es lo que la comunidad desea. Es importante escuchar a los cusqueños. Y creo que no lo estamos haciendo", afirma Cortés.
"Tenemos que empezar a pensar en grande", plantea Stoessel. "El cuidado de nuestros paisajes y nuestro patrimonio arqueológico no contradice una aspiración por la modernidad", afirma el empresario, citando como ejemplo el nuevo aeropuerto en Galápagos construido por el gobierno ecuatoriano. "Es un aeropuerto absolutamente ecológico, mimetizado con el ambiente. Tiene una sola carretera de acceso y está completamente prohibido construir hasta una razonable cantidad de kilómetros del terminal. ¿Por qué los peruanos no somos capaces de hacer algo parecido?", se pregunta.
El Aeropuerto de Chinchero representa hoy la cara y la cruz del progreso, el eterno debate sobre los perjuicios y los beneficios. Para unos, el proyecto está totalmente justificado, para otros, la confrontación se justifica. En una historia donde la destrucción al patrimonio es moneda corriente, hay demasiadas equivocaciones como para no tomar en cuenta las críticas.
En nuestro afán de progreso, nos preocupamos por el confort, la modernización de la infraestructura y el rédito económico inmediato. Sin embargo, no pensamos en los daños que causamos al medio ambiente y a la cultura de sus habitantes. Aquí algunos ejemplos de proyectos polémicos por sus efectos negativos producidos durante su desarrollo u operación.
1. La presa de Asuán, en Egipto
Quizás la más polémica megaconstrucción en la historia del siglo XX. Inaugurada en 1970, sus muros retienen no solo agua, sino también las 120 millones de toneladas de sedimentos que antes fertilizaban el valle del Nilo. En este gigantesco embalse se evapora anualmente el 20% del caudal del río más largo del mundo, rompiendo con ello el delicado equilibrio entre el delta del Nilo y el Mediterráneo. A ello hay que sumarle el desmontaje y traslado de numerosos templos egipcios construidos a las orillas del río y que habrían sido destruidos por el embalse.
2. La presa de Las tres gargantas en Sandouping, China
Cientos de ecologistas y arqueólogos se opusieron frontalmente a uno de los más acariciados sueños de Mao Zedong: el gigantesco embalse del río Yangtze en uno de los valles más bellos de China: Las Tres Gargantas. El proyecto desplazó a un millón de personas de sus hogares. Construida en 18 años, se trata de la hidroeléctrica más grande del mundo, con una potencia similar a 18 centrales nucleares.
3. Puentes de Santiago Calatrava en Holanda
Cuando la rica localidad de Haarlemmermeer encargó los puentes al arquitecto valenciano en 1999 se presupuestó un coste de 16 millones de euros, que en el momento de su inauguración, en 2004, ya se había disparado hasta los 30 millones. Un año después de la inauguración, los puentes Arpa, Cítara y Laúd, que Calatrava diseñó para cruzar el canal Hoofdvaart, empezaron a oxidarse y desde entonces ha ocasionado gastos de mantenimiento por 20 millones de euros.
4. Puente de la Constitución en Venecia
Otra metida de pata de Calatrava: La ciudad de los canales llevó a los tribunales al arquitecto español por un sobrecoste en la construcción de su puente inaugurado en esta ciudad en noviembre de 2008. En un primer momento se estableció un presupuesto de 3,8 millones de euros, para acabar costando cerca de 11,2 millones. A las críticas de su elevado coste se sumaron sus errores de diseño y los accidentes de los usuarios a causa de caídas y resbalones.
5. El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Texcoco
Cancelado definitiva por el actual gobierno, el nuevo aeropuerto internacional que se construía en el lecho de lo que fuera el lago Texcoco se presentaba como aeropuerto “más sustentable del mundo”, sin embargo, la destrucción ambiental que dejó a su paso es evidente. El proyecto iba a agudizar la crisis de agua en la capital, supondría una enorme fuente de contaminación del aire, peligro de incendios forestales y destrucción del hábitat de una de las mayores regiones receptoras de aves migratorias del país (sumemos al daño ecológico el riesgo por colisión). En fin: el proyecto soñado por Enrique Peña Nieto suponía un daño ambiental y climático incompensable e irreversible.
6. Viaducto de Millau, en Francia
El elegante Viaducto de Millau que cruza el río Tarn fue inaugurado el 14 de diciembre de 2004, y sigue siendo el puente más alto del mundo. Durante su construcción enfrentó una gran oposición por los habitantes del pueblo, pues los turistas que antes paraban a descansar en sus hoteles desaparecieron. Asimismo, supuso un gran impacto medio ambiental y paisajístico a causa de su excesivo tamaño.
7. El Gran Río Artificial de Libia
Como recuerdo de un Sáhara verde hace 10 mil años permanecen los acuíferos subterráneos, aguas “fósiles” de las que hoy beben los libios gracias a uno de los proyectos más ambiciosos. Se trata de dos enormes conductos subterráneos que conectan los pozos situados en el desierto con la zona costera (donde vive el 85 % de la población), por los que discurre medio millón de metros cúbicos de agua al día. Sin embargo, el proyecto supone un gran debate: vale la pena el riesgo que supone utilizar un recurso no renovable para el consumo de la generación actual, olvidando a las siguientes?
*FE DE ERRATAS. Actualizado el 26 de mayo a la 6:36 p.m.
En una nota publicada ayer sobre la polémica en torno al futuro aeropuerto de Chinchero, por error atribuimos al artículo del diario “The Guardian” unas afirmaciones de la historiadora Natalia Majluf, que en realidad fueron publicadas en una columna suya en la revista “Poder” (mayo de 2017).
Equivocadamente, nuestro artículo atribuía al medio británico la mención a un conjunto de problemas que mencionaba Majluf en “Poder”: la urbanización acelerada del entorno, la informalidad, la venta ambulatoria y la posibilidad de que aviones sobrevuelen cerca de la ciudadela inca.
Lo que “The Guardian” señala es que arqueólogos peruanos denuncian que el nuevo aeropuerto llevaría a los turistas directamente a la ya frágil ciudadela inca, ejerciendo aún mayor presión sobre las ruinas y la ecología local.
El texto indica también: “Ahora, en un movimiento que ha atraído una mezcla de horror e indignación de arqueólogos, historiadores y lugareños, el trabajo ha comenzado con la limpieza de un aeropuerto internacional multimillonario, destinado a llevar a los turistas mucho más cerca de Machu Picchu”.
El reportaje del diario británico recoge otras declaraciones de Majluf, quien ha organizado una petición contra el nuevo aeropuerto: “Este es un paisaje construido; hay terrazas y rutas que fueron diseñadas por los incas [...] Poner un aeropuerto aquí lo destruiría”.
“The Guardian” dice que las críticas al proyecto advierten que los aviones pasarían a poca distancia de Ollantaytambo y su parque arqueológico de 348 kilómetros cuadrados, causando daños incalculables en las ruinas incas. Lamentamos la confusión.
*Aclaración. Actualizado el 14 de junio a las 11:31 a.m.
Juan Stoessel Flórez, Gerente General de la cadena hotelera Casa Andina y Vice Presidente de la Cámara Regional de Turismo del Cusco, precisó que al señalar en su declaración ""No está bien que las personas que forman parte de esta campaña digan medias verdades y mentiras" se refería, en general, a todos los medios y redes sociales y no específicamente al diario británico "The Guardian".