Durante los últimos 20 meses el escritor y educador Jorge Eslava estuvo enfocado en crear textos breves. En medio del encierro provocado por la pandemia, cuenta que su escasa fuerza anímica le impedía sostener proyectos más largos. Así se fueron gestando una serie de libros álbum que invitan a cuestionar los problemas sociales. Uno de ellos es “¿Dónde está el monito?”, publicación infantil que tiene como protagonista a un pequeño primate que sufre al no poder descubrir el mundo por sí mismo. Recién presentado en la Feria Bicentenario, el cuento aborda con particular inteligencia el efecto del confinamiento en los niños, pero también está sujeto a otras interpretaciones que el propio Eslava menciona: “Es un libro con una fuerte carga connotativa y en consecuencia, con varias lecturas. Se puede leer desde los niños afectados por la pandemia hasta la protección de los animales que también han sufrido con la situación que hasta ahora padecemos”.
—Más de un peligro—
La golpeada infancia está representada por el monito, que en la historia ni siquiera se reconoce como tal. Esta situación podría peligrosamente replicarse en buena parte de la población en edad preescolar que ha sido privada de interacción social. “Para sentirnos humanos tenemos que estar acompañados de humanos. No basta la familia. En el proceso de crecimiento se abren círculos concéntricos en nuestro entorno. Primero es la madre, el padre, los parientes, el colegio, el barrio, la universidad. Luego te vuelves un explorador de las calles. Somos como colonizadores del entorno”, puntualiza el autor. Ese constante descubrir de personas y espacios físicos, añade Eslava, nos prepara, junto con el juego, para la vida.
Para nadie es un secreto que los primeros años de vida marcan y afectan el desarrollo del cerebro y en consecuencia el comportamiento. Al respecto, el escritor puntualiza que “nunca, antes ni después, somos más absorbentes ni aprendemos más”. A medida que pasan los años, se va flexibilizando esa curiosidad y necesidad de aprender el entorno, del lenguaje y del juego. “Privarnos de estar con otros es como mutilar parte de nuestra formación, de nuestro crecimiento. De esta forma se está diseñando el tablero de lo que va a ser nuestra vida”.
¿El ser humano puede acostumbrarse a vivir sin libertad?, preguntamos al prolífico escritor. Su respuesta es contundente. “Nos podemos acostumbrar a muchas adversidades, pero en el camino lo que hacemos es recortar nuestras posibilidades humanas. A lo que debemos acostumbrarnos es al bienestar”. Esta es la razón principal por la que el monito del cuento se rebela ante el encierro, porque aspira a descubrir y a reencontrarse con sus pares.
En estas circunstancias la símil entre el protagonista del relato y el hombre cobra más relevancia. Con la necesidad de libertad a flor de piel y la imposibilidad de conseguirla llega la depresión y todo el proceso de rabia y resignación que esta implica. El héroe de la historia las vive en carne propia hasta que providencialmente encuentra a un personaje que lo ayuda. Si continuamos con el paralelismo entre el monito y la infancia ¿quién podría convertirse en el salvador de los niños que, en muchos casos han sido privados de jugar y aprender?
Más información: el libro ya está disponible en librerías Crisol, Ibero, Entre Páginas, SBS y El Virrey.
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