FRANCISCO MELGAR WONG
Una tradición importante en el rock es la que proviene del blues, el country y el soul, géneros tradicionales que de tiempo en tiempo son reciclados y renovados por jóvenes músicos interesados en estos sonidos.
Los Rolling Stones, Led Zeppelin y hasta Guns N Roses han sido algunas de las bandas que bebieron de estas fuentes y que lograron actualizarlas para nuevas audiencias con un sonido más contemporáneo. En nuestra época la posta fue tomada por dos bandas: The White Stripes y The Black Keys. Claro, después de la disolución de los Stripes, los Keys se quedaron con la corona. Pero todo indica que su reinado habría llegado a su fin.
Jack White, ex vocalista y guitarrista de los Stripes ha vuelto a la carga con un nuevo disco solista: “Lazaretto”, con el que se convierte -otra vez- en una voz respetable dentro de la música rock.
“Lazaretto” vuelve a retomar la trayectoria de White ahí donde se retiraron los Stripes: riffs minimalistas que permanecen en la memoria, pianos de burdel del siglo antepasado, una voz excéntrica y desbordada que deja en claro la urgencia de sus reclamos, efectos desorientadores que levantan la canción donde uno menos lo imagina.
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Es especialmente rescatable el cuidado que White ha tenido con los arreglos de los temas, llenando las canciones de detalles que hace imposible que uno acabe aburriéndose de ellas. Esto hace que uno quiera volver a escuchar el disco una y otra vez, en caso hayamos dejado escapar algún detalle. Y esto no es algo que pueda decirse del último disco de The Black Keys. Teniendo en cuenta la vieja rivalidad que existe entre éstos y el ex vocalista de los White Stripes, hay que admitir que en esta ocasión el punto va para White.