Giulio Valz-Gen

Las reglas no deben ser cambiadas a mitad de un campeonato. Los involucrados en la política saben que el 12 de julio del 2024 venció el plazo para estar inscrito en un partido y poder ser parte de una plancha presidencial en el 2026. Puede haber invitados a las listas parlamentarias, pero no en las planchas. En teoría, entonces, el universo de ciudadanos de donde saldrá el próximo presidente y vicepresidentes ya está delimitado. Son los integrantes de aquellos partidos inscritos cuya afiliación se produjo hasta el 12 de julio o, en algunos casos, los de aquellas organizaciones registradas luego de esa fecha, pero que iniciaron oportunamente su trámite.

Según información difundida por RPP, a octubre del 2024 (cuando había 36 partidos, hoy tenemos 42 registrados), más de 1′700.000 peruanos estaban afiliados a algún movimiento político. El universo de donde saldrá nuestro próximo mandatario o mandataria es grande, pero cerrado. Si alguien no se interesó a tiempo, piña. Tendrá que esperar a la próxima elección.

Pese a la regla, siempre hay improvisados y convenidos dispuestos a cambiarla. Los congresistas Juan Burgos y , líder del partido , han presentado un proyecto de ley para modificar el esquema y permitir que haya invitados en las planchas presidenciales. La medida beneficiaría a personajes como Antauro Humala, quien, por una correcta decisión de la Corte Suprema, se quedó sin partido por violar principios democráticos. El proyecto perjudicaría a los partidos más serios que sí han trabajado en formar cuadros y que, por lo menos, respetan los esquemas preestablecidos. Podemos Perú y su líder se han hecho cada vez más fuertes en el Congreso y por eso hay que mirarlos de cerca. La bancada empezó en el 2021 con cinco congresistas y hoy son la tercera fuerza con 13 parlamentarios. La ‘ideología’ del partido es inexistente y en sus filas pueden correr perro, pericote y gato. Es básicamente una maquinaria electoral en tiempos de campaña y el cascarón de una bancada en tiempos legislativos. ¿Cuál es su visión de país? La que mejor convenga en el momento y siempre con una alta dosis de populismo. Pueden estar con Dios y con el diablo, sin problema.

Son justamente sus características las que hacen que Podemos Perú tenga un poder particular en esta legislatura. En un contexto fraccionado, sus votos son necesarios para los acuerdos más relevantes. Su proyecto de ley para incluir invitados no debería convertirse en moneda de cambio para otras de sus aspiraciones. ¿Cómo se posicionarán ante la elección de una nueva Mesa Directiva en julio? ¿Qué comisiones querrán presidir en la próxima legislatura? ¿Qué posición tendrán respecto de una eventual vacancia? Sus votos serán cada vez más codiciados para otros.

Luna ya arrancó la campaña y, por increíble que parezca, quiere desmarcarse del Congreso y el Gobierno. En enero decía a Exitosa “vayámonos de una vez, no demos pena” con relación a un posible adelanto de elecciones. También ha decido figurar en la opinión pública plantándose frente al alcalde López Aliaga. El dueño de Telesup está más vivo que nunca y sus proyectos no deben pasar inadvertidos.




*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Giulio Valz-Gen Es socio de la consultora 50 + Uno

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