Oficina de comunicaciones del hospital Cayetano Heredia busca ayuda para ubicar a familiares de paciente internado en emergencia. (Foto referencial /Archivo)
Oficina de comunicaciones del hospital Cayetano Heredia busca ayuda para ubicar a familiares de paciente internado en emergencia. (Foto referencial /Archivo)
Fernando Cáceres Freyre

De acuerdo con médicos a los que tuvimos acceso de los hospitales Rebagliati, Arzobispo Loayza (ambos en Lima) y Honorio Delgado (en Arequipa), de todos los casos que llegan por emergencias solo de 20% a 30% son emergencias. En otras palabras, entre 70% y 80% de los casos que llegan por emergencias deberían haberse atendido a través de otros canales.

Así, no solo tenemos problemas con el abastecimiento de medicamentos y la infraestructura de salud –camas en particular–, sino que nuestros niveles de calidad de atención se ven severamente afectados porque usamos muy mal el sistema existente, lentificando tanto la atención en emergencia como en las citas médicas. 

De hecho, mientras en las clínicas el promedio de minutos de espera para la atención es de 57 minutos, en los hospitales del Ministerio de Salud (Minsa) es de 135 minutos, y mientras las clínicas tardan en promedio seis días en programar una cita, el Minsa tarda 14 días. Eso sin contar que el 40% de pacientes debe ir hasta el mismo hospital para que le den una cita, e insistir hasta tres veces para obtenerla, según el INEI. 

Todo esto ocurre a pesar de que, según Contribuyentes por Respeto, en el Perú tenemos tres personas trabajando en la administración por cada médico existente, mientras en Canadá hay un administrativo por cada 16 médicos, en Costa Rica un administrativo por cada ocho médicos, en Uruguay un administrativo por cada cinco médicos, etc. Algo estamos haciendo mal. 

Por eso, tiene todo el sentido que la nueva ministra de Salud, Silvia Pessah, haya anunciado que impulsará el desarrollo de un sistema de redes integradas de salud. Lo que se conoce hasta ahora es que el plan incluye convertir las postas médicas en clínicas de 12 horas para atenciones sencillas (capa simple), implementar clínicas de emergencias de 24 horas para atenciones de gravedad media, y habilitar los grandes hospitales e instituciones especializadas solo para el tratamiento de casos complejos. 

El proyecto resulta esencial, y es quizá una de las pocas áreas de reforma en la que es posible hacer alianzas con los médicos para poder avanzar. La ONG Cendeit, por ejemplo, ha logrado en sus seis meses iniciales, trabajando con el equipo del hospital oncológico de Arequipa (IREN Sur), algunas mejoras en el tiempo de espera para recibir atención (los pacientes que esperan más de dos horas bajaron de 70% a 10%) y en la cantidad de atenciones diarias ofrecidas que se incrementaron en 12%.

El proyecto consiste en difundir videos educativos sobre cómo distinguir emergencias de urgencias (esguinces, por ejemplo), utilizar tecnologías de la información –esencialmente mensajes de texto– para asignar citas, señalizar el hospital y colocar personal que oriente a los pacientes para facilitar los pasos a seguir dentro de los mismos para llegar a ser atendidos, y una alianza con los médicos para estandarizar el horario de atención –a fin de que funcione el sistema de citas electrónico–.  

“Dennos seis meses”, ha pedido el presidente Martín Vizcarra, como lapso para entregar resultados palpables en los sectores Salud y Educación, donde, como se sabe, los médicos y profesores pueden convertirse en los principales opositores de las reformas. Mejorar el sistema de citas en emergencias y consultorios puede ser un buen punto de partida que cuente con el apoyo de los médicos y beneficie a todos.  

La receta no parece complicada: campañas de educación para distinguir emergencias de urgencias, asignación de citas vía tecnología, facilitación de la logística en el nosocomio y alianza con los médicos para estandarizar horarios.