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Machu Picchu en riesgo: ¿Cuáles son las soluciones para evitar su colapso turístico?
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Distintos ciudadanos han denunciado recientemente que, durante sus viajes a Cusco, intentaron visitar Machu Picchu. Sin embargo, relatan que tuvieron que permanecer hasta tres días en Aguas Calientes debido a que el sistema virtual de venta de entradas colapsó, lo que los obligó a esperar para comprar boletos de forma presencial en la zona. Esta situación les hizo perder varios días en trámites tanto digitales como presenciales.
Este colapso en la venta de entradas ocurre a pesar de que la Contraloría General de la República ya había alertado al Ministerio de Cultura (Mincul) sobre el riesgo que representa la sobrecarga turística para la conservación de la ciudadela inca, advirtiendo que esta presión podría afectar su estructura y ecosistema. El Comercio conversó con especialistas y representantes de la Contraloría al respecto.
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En su informe, la Contraloría advirtió que esta situación podría llevar a que Machu Picchu sea incluido en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco. Se identificó una sobrecarga promedio de 2.505 personas en la terraza superior de la ciudadela (Ruta 1-B) entre el 17 y el 30 de abril de 2025, y de 1.546 personas entre el 1 y el 30 de mayo del mismo año.

Pese a que el límite de acceso sostenible a la terraza superior aprobado por el Mincul es de 450 personas por día en temporada regular o baja, se evidenció la venta de boletos para el ingreso diario de entre 549 y 789 visitantes. En temporada alta, aunque el límite es de 490 personas, se vendieron entradas para entre 495 y 639 usuarios.
Esta situación se genera porque, aunque la venta virtual en la plataforma estatal TuBoleto.cultura.pe se ajusta al aforo permitido para la terraza superior, también se permite el ingreso de visitantes a través de la Ruta 5 de la Red de Caminos Inca, que incluye como parte final del recorrido la visita a dicha zona.
Cabe señalar que, durante la 46ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, realizada en julio de 2024 en Nueva Delhi, India, se expresó preocupación por el estado de conservación del Santuario Histórico de Machu Picchu, especialmente por el elevado número de visitantes diarios, lo que ha generado una presión significativa sobre las estructuras y el entorno natural del sitio.
Por otro lado, se detectó una sobrecarga de 936 personas en la Ruta 5 entre el 17 y el 30 de abril de 2025, y de 1.490 personas entre el 1 y el 30 de mayo. Aunque el aforo permitido es de 250 personas por día, se registró la venta de boletos para el ingreso de más de 300 usuarios, entre turistas, guías y personal de apoyo. Incluso hubo días en los que se registró la presencia de entre 416 y 695 personas.

La comisión de control advirtió que esta situación podría provocar la erosión del suelo en zonas con pendientes pronunciadas, así como la compactación del terreno debido al peso y la frecuencia del tránsito de turistas. Esto pondría en riesgo la integridad de caminos, escalinatas, muros y plataformas incas.
El informe también señala que no se está realizando el cobro de la tarifa general de S/ 152 por la visita a la Ruta Realeza Diseñada (Ruta 3-B), ya que se encuentra incluida en boletos generales de ingreso. Esto afectaría los recursos financieros necesarios para el mantenimiento y la preservación de la ciudadela.
Los resultados del informe de control, cuyo periodo de evaluación comprendió del 20 de enero al 14 de abril de 2025, fueron notificados al titular del Ministerio de Cultura, con el fin de que se adopten medidas que garanticen el uso sostenible del sitio.

El vocero de la Contraloría, Guzmán Vera, declaró a El Comercio que este es un problema que el propio Ministerio de Cultura viene advirtiendo desde el año pasado. “Ya se había registrado documentación interna sobre la problemática de una cantidad de turistas mayor a lo habitual. Eso fue lo que motivó el desarrollo de este informe. Se verificó cómo funcionaba el mecanismo de venta de boletos electrónicos y, al ingresar para corroborar, se identificó una sobrecarga en la venta de boletos, lo cual impacta directamente en la infraestructura de la ciudadela de Machu Picchu”, explicó.
“El Ministerio de Cultura conoce la problemática. Tienen un plazo regular de 45 días para responder, con la posibilidad de solicitar una ampliación por otros 45 días adicionales; por lo tanto, aún están dentro del plazo. Les estamos haciendo un seguimiento permanente”, agregó.
Análisis de la problemática y posibles soluciones
En entrevista con El Comercio, Ricardo Acosta, presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo (Apavit), señaló que el informe de la Contraloría representa una importante llamada de atención. “Evidencia fallas en el control del aforo y en la gestión operativa que, de no corregirse, podrían afectar seriamente la conservación de Machu Picchu. Es urgente reforzar los mecanismos de fiscalización y promover un turismo responsable, en coordinación con todos los actores del sector”, dijo.
“Las principales fallas han sido la falta de un control riguroso del aforo, la limitada planificación a largo plazo y la escasa coordinación entre las entidades responsables. Esto ha generado congestión, deterioro del sitio y una experiencia turística poco sostenible. La plataforma actual de venta de boletos no garantiza un control efectivo del aforo. Es necesario mejorar su transparencia, trazabilidad y capacidad de fiscalización, además de integrar sistemas en tiempo real para evitar la sobreventa y el ingreso no autorizado”, añadió.
Acosta también expresó que el hecho de que Machu Picchu sea incluido en la lista de Patrimonio en Peligro afectaría gravemente la imagen del Perú como destino turístico, generando desconfianza internacional y una posible caída en la llegada de visitantes. “Deben existir planes conjuntos de gestión, control del aforo, mejora de la infraestructura y promoción de destinos alternativos, asegurando la sostenibilidad sin perjudicar la experiencia del turista”, sostuvo.
“Desde Apavit hemos promovido la diversificación de destinos turísticos en Cusco y otras regiones del país, con el objetivo de redistribuir el flujo de visitantes y reducir la presión sobre Machu Picchu. Esta estrategia ofrece a los viajeros una variedad de experiencias culturales y naturales, contribuyendo al desarrollo sostenible del turismo en el Perú. Además, hemos planteado la construcción de un teleférico en Machu Picchu, para mejorar el acceso al sitio arqueológico y reducir la congestión de turistas”, agregó.

Concluyó que las acciones más urgentes son implementar un control estricto del aforo diario en Machu Picchu para evitar la sobrecarga, diversificar los destinos turísticos en Cusco, promover rutas alternas para redistribuir el flujo de visitantes, y fortalecer la infraestructura y la coordinación entre los sectores público y privado para una gestión sostenible del turismo.
Por su parte, José Luis Silva Martinot, exministro de Comercio Exterior y Turismo del Perú, dijo a El Comercio que el total de visitantes a la ciudadela puede alcanzar hasta 1 millón 800 mil personas al año. “Para algunos, esta cifra es baja. Si se toman los cuidados necesarios, sería posible permitir el ingreso de más personas, pero hay que entender que una cosa es el aforo total del complejo y otra, el de zonas específicas. Se debería evaluar cuántas personas ingresan al recinto histórico en total y establecer límites adecuados”, indicó.
“El Ministerio de Cultura suele resistirse a ampliar el aforo por razones de conservación, pero encapsular Machu Picchu y evitar el acceso tampoco es una solución. Debe encontrarse un equilibrio que permita a los peruanos conocer su historia y a los turistas extranjeros admirar nuestra cultura. Por otro lado, uno de los grandes problemas es la corrupción e informalidad que persiste en la compra de boletos”, añadió.
Respecto a la posibilidad de que Machu Picchu sea incluido como Patrimonio Mundial en Peligro, Silva comentó que esa amenaza ha sido recurrente, pero debe evaluarse con cuidado. “Esto podría aumentar la demanda, porque más personas querrán visitar el lugar antes de que supuestamente desaparezca. En lugar de eso, las empresas formales deben coordinar para fomentar un turismo sostenible en la zona. Sería ideal una mayor participación del sector privado, pero del sector formal. Además, es fundamental erradicar la corrupción en la venta de entradas. Estas deben ser vendidas de forma transparente y sin intermediarios informales”, concluyó.

El Comercio se contactó con el Ministerio de Cultura para conocer cómo responderán ante las advertencias. Sin embargo, hasta el cierre de este informe, no se recibió respuesta.











