En abril del 2013, Conor McGregor cobró –quizá por última vez– los 188 euros (S/695) del seguro de desempleo gracias al cual subsistía en aquellos días de escasez. Horas después tomó un avión rumbo a Estocolmo, Suecia, para su debut en UFC, el gigante de las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) en el que peleadores de todo el mundo sueñan luchar.
A McGregor, de 24 años, le bastaron 67 segundos para derrotar por nocaut técnico al estadounidense Marcus Brimage. Ahí empezó el vertiginoso ascenso del irlandés que en el año 2019 ganó US$ 42 millones e ingresó, por segundo año consecutivo, a la exclusiva lista Forbes de los 100 atletas mejor pagados del planeta.
–Soy leyenda–
En las MMA, las estrellas construyen sus legados derrotando a otras estrellas. Después de seis victorias consecutivas en UFC –cinco de ellas por nocaut o nocaut técnico– en peso pluma (65,7 kg), Conor McGregor se ganó el derecho de enfrentar al campeón brasileño José Aldo, invicto durante 10 años y considerado por muchos como el mejor de la historia en su división.
Era diciembre del 2015 y la fama del irlandés había crecido exponencialmente no solo por su talento para pelear, sino también por un estilo irreverente, desaforado. “Lo veo cayendo inconsciente”, predijo. McGregor noqueó a Aldo con un letal zurdazo en 13 segundos, enmudeció al mundo e hizo historia en las MMA.
“Conor es un trash talker [bocón] impresionante, pero también un genio en la pelea de pie y que, sobre todo, logró algo muy difícil: cumplía en el octágono lo que prometía fuera de él. Eso lo convirtió en un producto único para UFC”, relata el periodista brasileño Marcelo Alonso, autor del libro Detrás del octágono.
–Cuestión de negocios–
La pelea contra Aldo fue también un quiebre en la carrera de McGregor. Nunca defendió el título ni volvió a competir en esa división. En los últimos cuatro años solo ha peleado cuatro veces en mediáticos y millonarios combates. “Definitivamente tengo adicción al dinero. Estoy en este juego por el oro y el dinero”, confesó el atleta irlandés en un perfil para BBC.
En marzo del 2016, Conor McGregor subió a los wélteres (77 kg) para enfrentar a Nate Díaz, otro conocido trash talker, y sufrió su primera derrota en UFC, la tercera de su carrera profesional. Cinco meses más tarde se cobró la revancha ante Díaz y cerró ese capítulo.
Antes del final de ese año, en una notable presentación, McGregor derrotó por nocaut técnico al campeón de peso ligero (70 kg), Eddie Álvarez, y se convirtió en el primer peleador en la historia de UFC en poseer simultáneamente los cinturones de dos divisiones.
Alejado de las MMA, en el 2017 debutó en el boxeo profesional contra Floyd Mayweather, el mejor en ese deporte. Como era predecible, perdió en el cuadrilátero, pero todo lo demás fue ganancia.
Se estima que la estrella de UFC se embolsó más de US$ 100 millones, mientras que la pelea venció los 4,3 millones de pay per view (PPV), una cifra récord solo superada por la “pelea del siglo” entre Mayweather y Manny Pacquiao (4,6 millones de PPV).
–La caída–
Antes de volver a la jaula de UFC, McGregor pasó por los tribunales. En julio del 2018 fue declarado culpable del violento ataque a un bus en el que viajaban otros peleadores –algunos de los cuales resultaron heridos–, entre ellos Khabib Nurmagomedov, con quien creó una rivalidad que se salió de control.
En octubre de ese año, Nurmagomedov lo sometió en el cuarto asalto. Con 2’400.000 abonos, la pelea es hasta ahora el PPV con más ventas en los 27 años de UFC. La revancha es una promesa que ilusiona a millones.
El 2019 de Conor McGregor fue un año sin peleas, pero cargado de problemas con la ley. En abril golpeó a un hombre en un bar de Dublín, por lo que fue multado. “No importa lo que pasó, yo estuve errado”, reconoció.
También se le abrió investigación por una agresión sexual contra una mujer cometida en diciembre del año anterior. Lejos del deporte, cerca del escándalo.
“Después de todas estas controversias, creo que el legado de Conor será el de un luchador obsesionado con el estrellato al que ninguna victoria ni cheque satisfacía”, comenta Timothy Bissell, editor de “Bloody Elbow”, portal especializado de MMA.
–Nuevo comienzo–
Conor McGregor enfrenta esta noche en Las Vegas a Donald ‘Cowboy’ Cerrone, un experimentado y aguerrido oponente conocido por ofrecer verdaderas guerras. La pelea será en peso wélter, una división en la que él solo ha luchado dos veces en 12 años de trayectoria, ambas contra Díaz.
Aunque el irlandés parte como favorito, las MMA son un deporte que suele ofrecer sorpresas. “He vuelto a ser quien soy. Veo el 2020 como una temporada y esto [la pelea] es el comienzo. Yo quiero el oro [título] de las 155 [libras, peso ligero] y de las 170 [libras, peso wélter]. Eso es lo que persigo ahora”, dijo McGregor recientemente en una entrevista en video para “The Mac Life”.
El ex campeón asegura también que este es un recomienzo de su carrera y que ha vuelto a enfocarse en lo que más le importa: pelear. Ahora debe demostrarlo en la jaula.
*Este texto fue publicado el 18 de enero en la edición impresa de la revista Somos. Esa misma noche, McGregor venció a Cerrone por nocaut técnico en 40 segundos.