Samanta Alva Vargas

Habla, limeño. Dime quién eres y te diré cómo hablas. En cada esquina de Lima, en cada grito de mercado y susurro nocturno, las palabras limeñas tienen alma. Reflejan una ciudad que crece, se mezcla, sufre y celebra. Las jergas limeñas no son simples expresiones, son la memoria viva de un pueblo que se reinventa en cada palabra.

Las jergas limeñas nos cuentan historias, son testigos vivos de las transformaciones que Lima ha experimentado a lo largo del tiempo. Desde la migración que trajo nuevas voces y costumbres hasta la influencia de los medios masivos y el impacto de las redes sociales, cada época ha dejado su huella en el lenguaje. Como lo describe el lingüista Julio Calvo Pérez en su obra “, las jergas están llenas de “creatividad semántica”, formando un campo lingüístico fascinante.

Este recorrido por algunas décadas clave nos invita a descubrir cómo Lima se expresa y se redescubre a través de sus palabras, construyendo una identidad vibrante y siempre cambiante.

Lima de los años 60: tradición y modernidad en colisión

En los años 60, Lima vivió una profunda transformación social y cultural. La migración dentro del país, impulsada por la búsqueda de mejores oportunidades económicas, reconfiguró las dinámicas de la ciudad. Este fenómeno marcó el crecimiento de espacios donde lo rural y lo urbano se encontraron, dando lugar a nuevas expresiones culturales y lingüísticas que enriquecerían el habla limeña.

Julio Calvo Pérez destaca cómo las jergas limeñas de esta época reflejaban el dinamismo social de la ciudad. En su análisis, subraya el uso del vesre o inversión de sílabas, como un recurso que dotaba al lenguaje de creatividad y proximidad, con ejemplos como telo (hotel) y jerma (mujer).

La jerga no solo comunicaba; también representaba los valores y desafíos de la vida en una ciudad cambiante. Palabras como manyar (entender, influida por el italiano mangiare) y apanar (agredir en grupo) capturaban aspectos esenciales de la convivencia. Por otro lado, términos como yunta (amigo cercano) mostraban la importancia de los lazos de solidaridad en una sociedad en transformación.

Jergas limeñas icónicas de los años 60
  • Manyar: Entender o comprende.
  • Telo: Hotel.
  • Apanar: Agredir en grupo.
  • Yunta: Amigo cercano.
  • Bolondrón: Alboroto o pelea.
  • Tombo: Policía.

El lingüista Julio Hevia, por su parte, abordó el rol cultural de las jergas en su obra “Habla, jugador”. Allí señala que las jergas funcionan como una expresión de la vida cotidiana y un vehículo para narrar las complejidades de la sociedad. Hevia describe cómo el lenguaje popular logra capturar la esencia de una ciudad en constante cambio, adaptándose a las tensiones entre modernización y tradición .

Años 90: ritmo de chicha, fútbol y televisión

Los años 90 marcaron una época donde la influencia de la música, el fútbol, y los medios de comunicación masiva dejaron una huella profunda en el lenguaje popular limeño. Este periodo, caracterizado por la globalización cultural, el auge de la televisión y el impacto del estilo de vida urbano, consolidó una jerga que capturaba la esencia de una ciudad en constante cambio.

La popularidad del fútbol como fenómeno masivo y el auge de las transmisiones deportivas llevaron expresiones relacionadas con este deporte al habla cotidiana. Términos como pichanga (partido informal) no solo representaban prácticas comunes, sino que también servían como símbolos de identidad colectiva en un país donde el fútbol es más que un deporte.

Además, la música chicha, con su mezcla de ritmos andinos y tropicales, se convirtió en un fenómeno cultural que marcó tanto los barrios populares como las expresiones lingüísticas. Este género musical no solo dio voz a las aspiraciones de las clases trabajadoras, sino que también inspiró términos como chicha, que pasó a simbolizar lo auténtico y popular, más allá de su asociación musical .

Jergas emblemáticas de los años 90
  • Ampay: Descubierto en una situación comprometedora.
  • Achorado: Persona atrevida o desafiante.
  • Bacán: Excelente o sobresaliente.
  • Broder: Amigo, variación del inglés "brother".
  • Cachete: Cuando algo queda bien.
  • Chévere: Algo estupendo o muy bueno.
  • Chicha: Símbolo de autenticidad y de lo popular.
  • Pichanga: Partido casual de fútbol.

La televisión fue otro actor fundamental en la configuración de la jerga de los años 90. Programas de variedades y novelas peruanas exportaron términos como ampay (descubierto en una situación comprometedora) y achorado (alguien audaz o atrevido).

La publicidad también jugó un papel importante. Campañas icónicas dieron lugar a expresiones que rápidamente fueron adoptadas por el público. Términos como bacán (excelente) y pata (amigo) consolidaron su lugar en el léxico popular, conectando generaciones y reforzando la identidad limeña.

2024: Una Lima digital y viral

El año 2024 consolidó a Lima como un epicentro de creatividad digital y cultural, evidenciado por fenómenos virales como el remix de Tito Silva, en el que “dos limeñitas” recitaban frases icónicas de la Generación Z limeña, como “amo”, “alucina”, “todo mal”. Este video no solo conquistó las redes sociales, sino que también puso en evidencia cómo las expresiones locales se adaptan y se amplifican en el contexto digital, transformándose en emblemas de identidad y humor colectivo.

@titosilvamusic Lo más desesperante que escucharás hoy 🤪. Gracias a @doslimeñitas por la colab en esta parodia. #sisoy #literal #lit #limeñita #humor #humortiktok #fyp #edm #random #jajayo #tejuro #pitucasinlucas #pitucos #poo ♬ sí soy - Tito Silva Music

En estos tiempos, las jergas limeñas se moldean rápidamente bajo la influencia de la cultura digital y la constante interacción en redes sociales. El lenguaje de los limeños refleja una era hiperconectada, adoptando expresiones que mezclan influencias locales con anglicismos y neologismos. Este nuevo repertorio no solo resuena entre los jóvenes, sino que también establece un vínculo entre generaciones, demostrando la capacidad del habla limeña para evolucionar y mantenerse relevante.

La globalización del contenido ha permitido que términos en inglés como random (algo inesperado o fuera de lugar) y cringe (situaciones incómodas o vergonzosas) sean asimilados por los limeños, particularmente entre los más jóvenes.

Las redes sociales también han promovido la aparición de jergas efímeras que responden al ritmo vertiginoso de las tendencias digitales. Palabras como flaco (en referencia a parejas románticas o amigos cercanos) han ganado terreno entre las interacciones urbanas.

Ejemplos icónicos de la jerga 2024
  • Random: Algo inesperado o fuera de contexto.
  • Cringe: Descripción de situaciones incómodas o vergonzosas.
  • Flaco: Pareja sentimental.
  • Fresh: Algo genial o que transmite tranquilidad.

En esta era digital, el lenguaje limeño se enfrenta al reto de mantener un equilibrio entre su rica tradición oral y las influencias globales. Como señala Julio Calvo Pérez, las jergas peruanas han demostrado históricamente una capacidad notable para integrar nuevas formas de expresión sin perder su esencia local. Esto es evidente en la manera en que las palabras de moda coexisten con términos clásicos del español limeño, creando un híbrido lingüístico único.

La Lima de 2024 es testigo de un lenguaje que no solo comunica, sino que también se reinventa constantemente. Las jergas actuales, que cohabitan con las de hace más de dos décadas, son un testimonio de cómo la ciudad abraza la modernidad sin olvidar sus raíces, demostrando una vez más que el habla limeña es tan dinámica y cambiante como la propia ciudad.

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