(Foto: Bloomberg)
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Elmer Huerta

En una extraordinaria medida –y por primera vez en EE.UU.– el Departamento de Salud de California publicó la semana pasada sus guías para el uso responsable de los teléfonos celulares y disminuir así el riesgo de la radiación que despiden esos aparatos. Ya en previas columnas habíamos destacado los riesgos asociados a la radiación de los celulares y al hecho de que la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) –brazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este tipo de enfermedad– había designado a los celulares en la categoría 2B; es decir, agentes posiblemente causantes de cáncer.

Recordemos que la radiación electromagnética es de dos grandes tipos, las radiaciones ionizantes –generadas en máquinas de rayos X, bombas atómicas y reactores nucleares– y las radiaciones no ionizantes –generadas por hornos de microondas, teléfonos celulares y antenas de radio y televisión, entre otros–. En lo que refiere a la salud, el impacto de esos dos tipos de radiación es muy diferente. Se sabe que las radiaciones ionizantes causan cáncer por el daño directo sobre el ADN de las células, mientras que las radiaciones no ionizantes (u ondas de radiofrecuencia) podrían causar cáncer por un mecanismo aún no bien estudiado de calentamiento de tejidos.

El Departamento de Salud de California justifica la publicación de su guía por la evidencia científica que viene demostrando que el uso intenso y prolongado de los teléfonos celulares puede afectar la salud. Cáncer de cerebro y del nervio acústico –el cual transmite la información sonora al cerebro–, disminución en el número y movilidad de los espermatozoides, dolores de cabeza, problemas de memoria, aprendizaje y comportamiento, y trastornos de la audición y del sueño. Todos estos son más frecuentes en usuarios de celulares. El documento es muy claro en decir que la relación de causa-efecto entre el uso de estos teléfonos y dichos problemas de salud no está definitivamente establecida; sin embargo –y ante la duda–, publica las recomendaciones para proteger a las personas precavidas que deseen disminuir el riesgo producido por el uso de sus celulares.

—Reducción del riesgo—

Sabiendo que estos dispositivos están constantemente enviando y recibiendo ondas de radiofrecuencia de una antena remota, el punto más importante en protegerse de la radiación es mantener el teléfono lejos del cuerpo. En ese sentido, estas son las recomendaciones: 1. Evitar poner el celular cerca de la cabeza usando audífonos o sistemas de manos libres. Los audífonos Bluetooth emiten mucha menos radiación que los celulares y pueden usarse ocasionalmente. 2. Envíe mensajes de texto en vez de hablar. 3. Mantenga el celular alejado de su cuerpo cuando suba o baje archivos, sobre todo si estos son muy grandes. El celular emite más radiación en esas condiciones. 4. Lleve su celular en una bolsa alejada de su cuerpo, no lo lleve en el bolsillo, en el corpiño o la cintura.

La tecnología actual permite que los celulares se ajusten a la cantidad de carga suministrada por el cargador. (Foto: AFP)
La tecnología actual permite que los celulares se ajusten a la cantidad de carga suministrada por el cargador. (Foto: AFP)

Además de aconsejar que los celulares se mantengan alejados del cuerpo, el Departamento de Salud de California recomienda que estemos al tanto de las situaciones en las que el celular emite mucha más radiación. En ese sentido, dice que cuando el indicador de la intensidad de la señal del teléfono tiene solo una o dos barritas, este está emitiendo mayor cantidad de radiofrecuencia para comunicarse con las torres; por lo tanto, la exposición a la radiación es mucho mayor que cuando la señal de la antena es completa (cinco barritas). Bajo esas condiciones, hay que usar el teléfono con más cuidado, siguiendo las recomendaciones anteriores. Del mismo modo, cuando se usa el celular en el carro o en el tren, este emite más radiación tratando de comunicarse rápidamente con las torres vecinas.

Otras recomendaciones incluyen no ver películas en directo o en streaming, sino bajar la película al aparato, y verla luego, poniendo el teléfono en señal de avión. Tampoco es recomendable dormir con este cerca del cuerpo. Hay que mantenerlo unos metros lejos de la cabeza. Por último, se recomienda usar los dispositivos Bluetooth solo cuando se necesita hablar.

Con respecto a los aparatos que aseguran proteger al usuario de la radiación de sus celulares (“shield” en inglés), el documento dice que la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. (FCC, por sus siglas en inglés) ha encontrado que son inútiles y que, al revés, hacen que el celular emita más ondas de radiofrecuencia.

—Protección de los niños—

El documento advierte que los niños son más sensibles a los riesgos producidos por las radiaciones electromagnéticas de los teléfonos ya que estas pueden alcanzar áreas mayores de sus cerebros. Además, debido a que el crecimiento celular es mucho más activo durante la niñez y adolescencia, es posible –dice el documento– que los daños de la radiación puedan ser mayores. Otro punto importante –en relación con el riesgo– es que debido a que los niños tendrán mucho más tiempo de exposición a los celulares, comparado con alguien que empezó a usarlo en su adultez, hay necesidad de protegerlos desde ahora, esperando futuras investigaciones. Algunos problemas de salud vistos en menores incluyen pérdida de audición, zumbidos en los oídos, dolores de cabeza y desmejora en su estado general.

—Corolario—

Los teléfonos celulares han llegado a la sociedad para quedarse, de eso no hay ninguna duda. Es imposible concebir una sociedad moderna sin el uso de tan útiles aparatos. ¿Pero significa eso hacer oídos sordos a los posibles daños a la salud que puedan causarnos? Las recomendaciones están ahí y quien quiera ignorarlas está libre de hacerlo. Solo el tiempo dirá si fue o no sensato el haber hecho caso a tan simples consejos.

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