Alerta alimentaria. (El Comercio)
Alerta alimentaria. (El Comercio)
Elmer Huerta

En la edición de agosto de la revista , órgano oficial de la –que agrupa a 67.000 médicos pediatras–, se publica un informe titulado “Aditivos alimentarios y salud infantil”. Pensamos que este trabajo será de mucho interés para los padres de familia, especialmente de niños pequeños.

El informe puntualiza que durante los últimos veinte años se ha ido conociendo que algunas de las sustancias químicas agregadas a los alimentos procesados y los embutidos, así como a sus envases y envolturas, están asociadas a problemas de maduración sexual, alteraciones endocrinas y otras enfermedades en los niños. Dice también que en EE.UU. la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) no tiene la autoridad para averiguar qué tipo de sustancias contienen los alimentos procesados o para determinar –en tiempo real– sus efectos nocivos.

—Sustancias químicas en los alimentos—

En la actualidad, se permite que los productos procesados y ultraprocesados que se venden en EE.UU. –del mismo modo que sus envases y envolturas– contengan más de 10.000 sustancias químicas, mil de las cuales son generalmente reconocidas como seguras (GRAS, por sus siglas en inglés). De acuerdo con el informe, los niños pueden ser particularmente susceptibles a los efectos de estos compuestos químicos debido a que están relativamente expuestos a mayores cantidades que los adultos. Además, su sistema metabólico de desintoxicación está en pleno desarrollo y su proceso de maduración hormonal es muy vulnerable a ser interrumpido.

La preocupación de la Academia Norteamericana de Pediatría se centra en seis sustancias químicas, las que detallamos a continuación:

1. Bisfenoles. Se encuentran en los envases plásticos de policarbonato de bebidas y alimentos procesados. También están en el revestimiento plastificado en los enlatados (resinas epoxi y poliméricas). Estos productos están relacionados a la obesidad infantil y a una interrupción del desarrollo hormonal sexual y del sistema nervioso central. Al día de hoy, algunas empresas utilizan nueva tecnología que usa revestimientos libres de esas resinas epoxi, por lo que es conveniente leer bien la etiqueta del producto.

2. Ftalatos. Esta es una familia de sustancias químicas que se agregan en la manufactura del plástico para dar a los productos mayor
flexibilidad. Se encuentran en las envolturas plásticas de los alimentos, en las tuberías y depósitos plásticos usados en la producción alimentaria, y en múltiples productos de almacenamiento. Desde el 2006, el papel plástico que se fabrica en EE.UU. no contiene ftalatos. Estos son conocidos disruptores hormonales en los niños, los cuales pueden incidir en problemas con la fertilidad en el futuro. Han sido también incriminados en el desarrollo de obesidad y daño al corazón. Es importante que la industria especifique claramente si sus productos contienen este tipo de componente.

3. Compuestos perfluorados. Esta es otra familia de sustancias químicas que por sus propiedades tensoactivas (surfactantes) tienen un amplio uso en la protección de envases de alimentos y productos de papel. Muchos envases de papel o cartón que tienen una especie de forro plastificado contienen esas sustancias. Estas son también disruptores endocrinos y están asociadas a la obesidad, al peso bajo del bebe al nacer y a la disminución de actividad del sistema de defensa (inmunosupresión).

4. Percloratos. Estos son compuestos químicos que se rocían en los depósitos que van a ser usados para almacenar alimentos con propiedad eléctrica estática; es decir, que pueden adherirse a la superficie de los depósitos. Tienen una muy amplia distribución,
y se ha comprobado que casi la totalidad de la población norteamericana tiene alguna de esa sustancia en su sangre. Son elementos muy tóxicos para la glándula tiroides, especialmente en niños y adolescentes.

5. Colorantes artificiales. A diferencia de los colorantes naturales (carmín, achiote, caramelo, cúrcuma, etc.), los artificiales son sustancias químicas que se usan para realzar el color de muchos alimentos. Según la Academia Norteamericana de Pediatría, los colorantes artificiales están relacionados al empeoramiento del déficit en la atención e hiperactividad en los niños.

6. Nitratos. Se agregan a las salchichas y otro tipo de embutidos para realzar su color rojizo y dar la impresión de mayor frescura. Estos colorantes están relacionados a problemas en la producción de hormonas por la glándula tiroides y –en determinadas condiciones del consumidor– pueden predisponer al cáncer.

— ¿Qué hacer? —

Los siguientes son algunos consejos prácticos para evitar que los niños entren en contacto con esas sustancias químicas.

• Prepare alimentos frescos con ingredientes naturales; es decir, cocine diariamente, tratando de prescindir en lo posible de los productos envasados.

• Evite los embutidos, especialmente durante el embarazo.

• No use envases de plástico en el microondas (incluido el biberón), ya que el calor puede hacer que los productos químicos se filtren a los alimentos. Si desea servir comida a sus hijos en platos de plástico, considere calentarla primero en la olla o en recipientes de vidrio.

• Use envases de vidrio o acero inoxidable cuando sea posible. No hay necesidad de usar utensilios de plástico. Las cucharas de palo o de aluminio son preferibles.

• Evite las comidas enlatadas. Úselas en emergencias.

•Si aún opta por el plástico, verifique el código de reciclaje en el fondo del contenedor para saber el tipo de plástico que contiene. Evite los contenedores con códigos de reciclaje 3 (ftalatos), 6 (estireno) y 7 (bisfenoles), a menos que estén etiquetados como “de base biológica” o “verde”.

•Reduzca las envolturas de plástico. Emplee papel encerado o papel de aluminio para envolver el sándwich de un niño.

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