Los celulares de última generación son muy impresionantes, pues vienen con la mejor tecnología del momento. El iPhone 13 Pro o el Samsung Galaxy S22 Ultra, por ejemplo, son modelos que cualquiera desearía. El problema es que sus precios no son muy accesibles al público general, menos aún en épocas en las que priorizamos el ahorro.
Por eso, algunas personas se inclinan por adquirir un equipo de segunda mano de una generación anterior a la actual. De esa manera, se aseguran con un hardware potente con casi las mismas capacidades que los más recientes diseños, pero a un precio mucho menor.
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Sin embargo, hay ciertas consideraciones a tener en cuenta a la hora de elegir un celular de usado.
¿Qué buscamos?
No es lo mismo obtener un teléfono inteligente para hacer llamadas, usar las redes sociales o escuchar un poco de música que para tomar fotos y usarlo para edición. En el primer caso probablemente basta escoger un modelo de gama baja; en cambio, en el segundo casó si será necesario un procesador y una cámara potentes.
Para Andres Lanxon, del portal tecnológico CNET, de ser tu caso el último un iPhone XR o un Galaxy S10 se presentan como buenas alternativas.
Comprar de una fuente confiable
Parece una advertencia obvia, pero a veces hay precios que llegan a seducirnos y cuando nos llega el producto nos llevamos una decepción. Por eso, es muy importante recurrir a sitios confiables. Amazon o eBay son plataformas con las que podríamos trabajar. En el mercado local Mercado Libre es una alternativa, aunque siempre hay que ser sigilosos.
Revisar la descripción de venta del producto
Sea cual sea la plataforma desde la que se haga la compra, hay que estar atentos de la descripción que el vendedor hace del producto ofrecido. Destalles esenciales como “batería defectuosa” o “sin cargador” podrían estar intencionalmente anunciados al final del texto.
Hay que usar el sentido común: si un iPhone de $ 1,000 se vende por solo $ 100, probablemente haya algo sospechoso.
Cuidado con los equipos sin actualizaciones
Por más increíble que sea la oferta con la que se anuncie un equipo, nunca debemos elegir uno que ya no reciba actualizaciones de fábrica.
Los teléfonos no compatibles están expuestos a todo tipo de vulnerabilidades que pueden aprovechar los piratas informáticos para apoderarse de nuestros teléfonos. Pueden verse involucrados datos bancarios o incluso fotos personales.
En el caso de Android, hay que tomar en cuenta que la mayoría de modelos tienen unos tres años asegurados de actualizaciones constantes. En el caso de iPhone, hasta ahora los iPhone 6 –de 2015– aún siguen recibiendo actualizaciones.
Finalmente, cuando el teléfono llegue a nuestras manos vale la pena tomarnos un tiempo para restablecerlo completamente a ajuste de fábrica
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