El ayer y el hoy del Archivo de El Comercio: haciendo frente a la cuarentena

Recorrido por el archivo fotográfico de El Comercio. 
Foto Paola Flores
Recorrido por el archivo fotográfico de El Comercio. Foto Paola Flores
/ Paola Flores
Miguel García M.

Inesperados avatares de este nuevo siglo han traído consigo un tsunami viral que ninguna sociedad imaginó, y para el que, al parecer, nadie estaba preparado. La industria, la banca, el deporte; ¿acaso hay campo del desarrollo humano que no haya sido afectado por esta epidemia del llamado Covid 19? Los medios de comunicación no han sido la excepción. En un Perú bastante pre digital, el teletrabajo es más que un reto. En El Comercio, y puntualmente en el Archivo, el desafío ha sido grande. Es en estos momentos, cuando el periodista está alejado físicamente de su centro laboral, que la conexión electrónica adquiere un valor supremo.

Hace más de una década el Archivo de El Comercio se sumergió en una tarea tenaz: transformar sus valiosas colecciones en documentos digitales. Ahora, miles de fotografías, decenas de miles de portadas y cientos de cronologías sobre hechos y personajes están a la distancia de un click. Los encargados del Archivo accedemos a ellas desde nuestros hogares, algo que hace unos 30 años hubiese parecido ciencia ficción.

Fotografías que aun conservan los trazos que hacía el editor gráfico sobre la foto antes de enviarla a pre prensa. Foto: Archivo El Comercio
Fotografías que aun conservan los trazos que hacía el editor gráfico sobre la foto antes de enviarla a pre prensa. Foto: Archivo El Comercio

Viernes, 23 de marzo de 1990, 10:10 pm. Diario El Comercio, centro de Lima. Timbra el teléfono del Archivo y una redactora de la sección Política, algo presionada, solicita una foto de Luis Bedoya Reyes. “Es urgente”, pues el cierre de la edición se adelantó para las 11:30 pm. El encargado del Archivo camina apurado hasta un mueble de metal. Ve su reloj y emprende la búsqueda. Abre un cajón y chequea entre las pequeñas fichas de cartulina la que corresponde a Bedoya Reyes. Retiene en su mente el código y se interna en el corazón mismo del Archivo, entre estanterías de madera y miles de sobres, los que almacenan más de dos millones de fotos de papel. Ubica el que corresponde a Bedoya y corre hacia el teléfono. Se contacta con el mensajero, quien llega presuroso a la oficina, firma el cargo y se lleva el sobre del político del PPC.

Antiguo local del Archivo en el segundo piso de la casona del jirón Miró Quesada. Foto: Lili Córdova/ Archivo El Comercio
Antiguo local del Archivo en el segundo piso de la casona del jirón Miró Quesada. Foto: Lili Córdova/ Archivo El Comercio

El proceso continúa su curso habitual. La redactora selecciona la foto que cree conveniente y se la pasa al editor gráfico, quien le da el visto bueno. La imagen es trabajada en las áreas de Fotocomposición y Pre Prensa, y la página filmada llegará luego hasta la imprenta en Pueblo Libre –vía un motociclista-, donde empezará a imprimirse en horas de la madrugada. Al día siguiente, el lector podrá informarse sobre las últimas declaraciones de Bedoya Reyes sobre las próximas elecciones presidenciales, y observar la foto del Archivo acompañando el texto.

Lunes, 23 de marzo de 2020, 10:10 am. En varios puntos de la capital. El Perú está en cuarentena. El whatsapp del Archivo El Comercio recibe el mensaje urgente de un editor. “Por favor necesitamos una foto sobre Toque de queda y militares en las calles, de los años ochenta. Lo más pronto posible. Son para la página web”. Por el Aislamiento Social, quienes trabajan en el Archivo están confinados en sus casas. Uno en San Miguel, otro en Surco, también en San Borja y en Chorrillos; todos a varios kilómetros del Archivo del centro de Lima, distantes de las estanterías y los sobres, donde están las fotos de Toque de queda, aparentemente inalcanzables. Pero no es necesario ejecutar una operación comando: cruzar la ciudad revestidos de mascarillas y guantes –con salvoconducto y fotocheck de prensa en el bolsillo-, viajar en el Metropolitano y llegar hasta el centro de Lima.

Con estos equipos se digitalizan los negativos de nuestras colecciones fotográficas. Foto: Lili Córdova/ Archivo El Comercio
Con estos equipos se digitalizan los negativos de nuestras colecciones fotográficas. Foto: Lili Córdova/ Archivo El Comercio

Tenemos otra alternativa menos arriesgada. Y no es magia. Las fotos llegan a los pocos minutos hasta el correo electrónico del editor solicitante. Este revisa las imágenes, escoge una y la publica junto a la información en página web de El Comercio. La historia y sus fotos están ante los ojos de nuestros seguidores y suscriptores antes del mediodía. Y es que una buena parte del Archivo del decano se encuentra en un repositorio digital, en línea; en una suerte de biblioteca virtual a la que los gestores del Archivo pueden acceder desde sus casas. Esto no sería posible si es que El Comercio no tuviera decenas de miles de fotos digitalizadas, todas sus portadas también en soporte electrónico (desde su primera edición en 1839) y una gran información textual virtual (cronologías, resúmenes, efemérides, etc.).

Claro que esta transformación no se desarrolló previendo una cuarentena como la actual, se empezó a hacer por una necesidad de conservar el patrimonio fotográfico físico de la organización. Sin embargo, ha sido vital poder contar con estas colecciones digitales para mantener el servicio a nuestras redacciones, y por ende a todos los lectores del Grupo El Comercio.

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