
La diabetes se ha constituido como la séptima causa de muerte en nuestro país, según informó el Ministerio de Salud en noviembre pasado. Asimismo, en aquella ocasión indicó que 1,3 millones de peruanos mayores de 15 años conviven con esta enfermedad. Al cierre del 2024, las cifras siguieron siendo preocupantes: se registró cerca de 10 mil fallecidos con diabetes de acuerdo a datos oficiales del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef).
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Al respecto, el ingeniero Juan Carbajal, experto en análisis de datos, evidenció que se trata de una cifra (9.784) muy por encima a la de cualquier año pre-pandémico e incluso superior en más del 30% a la alcanzada en el 2023 (7.368). Cabe mencionar que del total de muertes en el 2024, 5.003 correspondieron a hombres y 4.781 a mujeres.
A través de unas gráficas, el experto señaló que son los adultos mayores y los adultos, los grupos etarios con mayor incidencia en defunciones por diabetes. Durante los años pandémicos (2020, 2021 y 2022) se registraron entre 1.000 y 1.500 fallecidos con esta afección. En tanto, al cierre del 2024, la cifra se acercó a los 700. Respecto a los adultos, entre 2020 y 2022 reportaron un promedio de 600 fallecimientos con al misma enfermedad, así como poco más de 100 en 2024.
Por otro lado, la tasa de mortalidad con diabetes por cada 100 mil habitantes en el año 2024 se incrementó en más del 50% con respecto a la tasa promedio de los años pre-pandémicos (2017, 2018 y 2019).
Es preciso explicar que la diabetes se desencadena cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no la utiliza eficazmente. El control de esta afección es vital para prevenir complicaciones graves, como accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal, y disfrutar de una buena calidad de vida. El 65% de los pacientes no lo logra.

Síntomas
De acuerdo con Pedro Kikushima, del equipo técnico de la Dirección de Prevención y Control de Enfermedades No Transmisibles del Minsa, se trata de una enfermedad crónica que se caracteriza por una alteración en función de la insulina, por una producción insuficiente de esta o una mezcla, lo que provoca una alteración en los niveles de azúcar en la sangre.
”De no diagnosticarse y tratarse a tiempo, la diabetes puede causar daños graves en el cuerpo, puede afectar la visión, dañar los riñones, los vasos sanguíneos e incluso, causar la muerte”, indicó el especialista.
En ese sentido, mencionó que para prevenir la diabetes es importante mantener un peso saludable; realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria; alimentarse de manera saludable, reduciendo el consumo de azúcar, sal y grasas saturadas; así como evitar el consumo de bebidas alcohólicas y el tabaco.
La enfermedad, en la mayoría de personas, es silenciosa en los primeros años, es decir, no da síntomas hasta que el daño a los órganos ya se ha producido. Por eso es importante realizar los chequeos preventivos para iniciar el tratamiento oportuno. Los daños crónicos a los órganos una vez establecidos no son reversibles, pero el control de la enfermedad lo retrasa e incluso lo puede llegar a evitar por completo.
En los casos especiales en los que sí aparecen síntomas agudos, como en la diabetes tipo 1 también conocida como diabetes juvenil, es común que aparezcan sed excesiva, micción frecuente, pérdida de peso involuntaria, presencia de cetonas en la orina, cansancio y debilidad, irritabilidad o cambios en el estado de ánimo, visión borrosa, entre otras.
Tipos y consecuencias
Existen dos tipos principales de diabetes. La diabetes tipo 1, que se presenta principalmente en niños y jóvenes, y que surge debido a una falta total de insulina. Por otro lado está la diabetes tipo 2, más común en adultos, la cual es causada por una combinación de resistencia a la insulina y una producción insuficiente de la misma.
La diabetes gestacional afecta a algunas mujeres durante el embarazo y aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 posteriormente. Finalmente, otros tipos de diabetes se asocian con condiciones genéticas u otras enfermedades, siendo menos comunes pero igualmente serias.
Hablamos de una enfermedad que tiene múltiples complicaciones si no se controla adecuadamente. El Dr. Víctor Noriega, endocrinólogo de la Clínica Anglo Americana, detalló que el exceso de glucosa en la sangre daña los vasos sanguíneos, lo que puede resultar en afectaciones graves a varios órganos. Estas complicaciones incluyen problemas cardiovasculares, renales y visuales.
“La hipertensión y la dislipidemia son problemas comunes en personas con diabetes, y estos factores, combinados con el azúcar alta en sangre, incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares”, señaló. Uno de los órganos más afectados por la diabetes es el ojo, que puede sufrir de retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera en adultos.
Según el Dr. Segundo Seclén, médico endocrinólogo e investigador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, se calcula que en América del Sur y Central más de 30 millones de personas padecen diabetes, cifra que podría aumentar a 50 millones para el 2040.
Prevención y tratamiento
Aunque la diabetes es una enfermedad crónica, existen medidas preventivas que pueden reducir su incidencia, sobre todo en personas con factores de riesgo, como el sobrepeso, el sedentarismo y bajo una dieta inadecuada. Llevar un estilo de vida saludable que incluya una dieta balanceada, actividad física regular y chequeos médicos preventivos es la mejor estrategia para prevenir esta enfermedad y sus complicaciones.
A continuación, algunos consejos:
- Control regular de la glucosa: Mantener los niveles de glucosa en un rango seguro es crucial para prevenir el daño en los vasos sanguíneos y en órganos vitales. Facilita un control más preciso de los niveles de azúcar en sangre.
- Alimentación saludable: La dieta es un pilar fundamental en la prevención y manejo de la diabetes. Una alimentación rica en vegetales, frutas y baja en grasas y azúcares contribuye a mantener estables los niveles de glucosa. Es importante evitar los carbohidratos refinados y azúcares añadidos, que pueden causar picos de glucosa en la sangre.
- Ejercicio físico regular: La actividad física, tanto aeróbica como anaeróbica, ayuda a mejorar el control de la glucosa y reduce el riesgo de complicaciones. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.
- Revisiones médicas periódicas: Permiten detectar y tratar complicaciones en sus fases iniciales. Los pacientes deben realizarse evaluaciones preventivas de función renal, cardiovascular y visual para mantener un control integral de su salud.
Si bien diabetes no tiene cura, existen diversos tratamientos que permiten controlarla y prevenir sus complicaciones. Para los pacientes con diabetes tipo 1, la insulina es el tratamiento esencial, y actualmente existen variantes de insulina que reducen el riesgo de hipoglucemias. En el caso de la diabetes tipo 2, los médicos pueden recomendar insulina o inyectables no insulínicos, así como terapias orales como la metformina y los inhibidores de la DPP4 y SGLT2, que actúan sobre blancos moleculares específicos para reducir los niveles de glucosa.
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