Diana Seminario

No ha pasado ni un mes desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos y ya ha cumplido algunos de sus anuncios de campaña. El más mediático: el de los inmigrantes ilegales. Pero hay otras medidas aún más efectistas que ya vienen siendo replicadas por sus socios en la región, como el presidente de Argentina, Javier Milei.

Nos referimos a la decisión de los Estados Unidos de salir de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según Trump, se llegó a esto por “la mala gestión de la pandemia del COVID-19 y otras crisis sanitarias mundiales”. La medida tendrá un efecto significativo en la organización, si se tiene en cuenta que Estados Unidos fue el principal donante en el período 2022-2023, con US$1.284 mil millones.

Ayer, Javier Milei anunció la salida de su país de la OMS y también apuntó al manejo de la pandemia. “Las cuarentenas provocaron una de las mayores catástrofes económicas de la historia mundial y, acorde con el estatuto de Roma de 1998, el modelo de cuarentena podría catalogarse como un delito de lesa humanidad. En nuestro país, la OMS respaldó a un gobierno que dejó a los niños fuera de la escuela y a cientos de miles de trabajadores sin ingresos, llevó a comercios y pymes a la quiebra, y aun así nos costó 130.000 vidas”, así fundamentó el mandatario argentino el retiro de la OMS a través de un comunicado.

Ahora el gobierno de Trump apuntó a Usaid, que desde hoy entra en reestructuración para revisar en qué se ha gastado el dinero de los contribuyentes estadounidenses. El mandatario llegó a afirmar que la agencia de ayuda internacional estuvo manejada por “lunáticos de izquierda radical”, mientras que el secretario de Estado, Marco Rubio, quien actualmente es el director interino de Usaid, dijo: “Cada dólar que gastamos, cada programa que financiamos debe estar alineado con el interés nacional de Estados Unidos, y Usaid tiene un historial de ignorar eso y decidir que, de alguna manera, son una organización benéfica global separada del interés nacional”.

Durante su gira por Centroamérica, Rubio se reunió con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien hizo lo que parecía imposible: reducir a cero la tasa de criminalidad de su país.

Así, Trump desde Estados Unidos empezó a sentar posición en temas sensibles que son de interés en Hispanoamérica y, para lograr sus propósitos, ha escogido como socios a Javier Milei y Nayib Bukele, apuntando así al golpe al crimen organizado, el pésimo manejo de la pandemia y la ayuda a organizaciones consideradas progresistas que –en su opinión– no están alineadas con los objetivos de su administración.

Casi ad portas de una campaña presidencial, qué duda cabe que los candidatos locales intentarán seguirle el paso al líder estadounidense, y más de uno estará feliz con ser parte del nuevo club de amigos de Trump.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Diana Seminario es periodista

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