
¿Qué harías si un día común de trabajo se convirtiera en una experiencia única para ver la UEFA Champions League? Eso fue precisamente lo que vivieron los trabajadores de distintas empresas el pasado martes, en el Hotel Hilton de Miraflores. Convocados a un workshop sobre team building, los asistentes llegaron sin sospechar que estaban a punto de ser sorprendidos de la manera más inesperada.
Del trabajo a la cancha
Mientras el coach desarrollaba la sesión, la pantalla comenzó a fallar, generando confusión en la sala. Pero lo que parecía un problema técnico se transformó rápidamente en un momento inolvidable: la imagen cambió y apareció Roberto Carlos, leyenda brasileña del fútbol. Con una botella de Heineken en la mano y una sonrisa cómplice, invitó a los asistentes a dejar atrás la rutina para vivir la emoción del fútbol.
La sorpresa fue completa cuando la puerta lateral del recinto se deslizó, revelando un espacio ambientado para ver la semifinal de vuelta por la UEFA Champions League entre el Inter y el Barcelona. Dos pantallas gigantes proyectaban el partido y, de inmediato, las cervezas y bocados comenzaron a circular entre los presentes que ya ingresaban al lugar.
La marca estaba presente en todos lados. Asimismo, los asientos, cuidadosamente dispuestos, llevaban el logo de Heineken tallado, un detalle que no pasó desapercibido para los asistentes al igual que el grass sintético que cubría el piso. En la sala ya se encontraban esperando influencers como Joanna Bologna y periodistas deportivos como Michael Succar y Talia Azcárate, quienes estaban listos para comentar los momentos más intensos del encuentro. Sus análisis y reacciones captaron la atención de todos, generando un ambiente distendido y cargado de emoción.
Una semifinal para el recuerdo
El partido fue un verdadero espectáculo. El Inter, que había logrado un empate en la ida, salió decidido a imponer su ritmo ante un Barcelona que no estaba dispuesto a ceder terreno. Los goles cayeron uno tras otro, manteniendo a todos al borde del asiento. Un empate agónico de Franco Acerbi en el tiempo reglamentario y un gol de Davide Frattesi en el suplementario sellaron el marcador global de 7-6, asegurando el pase del cuadro nerazzurri a la final y dejando a los asistentes sin aliento.
En medio de gritos, aplausos y expresiones de asombro, los asistentes vivieron cada minuto del encuentro como si estuvieran en el mismo estadio. “No tenía idea. Pensé que venía a un workshop e inclusive estaba tomando notas y de la nada pasó esto. Me encanta el fútbol, así que fue muy agradable” comentó uno de los asistentes. “Una sorpresa muy inesperada y excelente”, añadió otro, todavía emocionado por el evento.
De esta manera, Heineken demuestra una vez más que, aunque el horario laboral pueda coincidir con el horario del fútbol, siempre hay formas de hacer que los verdaderos fans no se pierdan la emoción de la UEFA Champions League. Porque cuando la pasión está presente, cada minuto cuenta.
Reportaje publicitario