El 22 de abril de 1997, el mundo fue testigo de uno de los rescates de rehenes más exitosos de la historia contemporánea: la operación Chavín de Huántar en Perú. Planeada con meticulosidad para liberar a 72 personas secuestradas por el MRTA en la embajada de Japón en Lima, esta acción militar sigue siendo comparada con hitos como Entebbe, Los Baños y Jaque.
La operación Chavín de Huántar se convirtió en un hito de precisión militar y audacia debido a la meticulosidad de su planeamiento y ejecución. Veintiocho años después, este rescate sigue resonando como un referente global en operaciones de liberación de rehenes.
El éxito de la operación hizo que esta fuera considerada como una de las mejores operaciones de rescates de rehenes de la historia contemporánea, junto a la incursión en Los Baños (Filipinas, 1945), Entebbe (Uganda, 1976), Nimrod (Reino Unido, 1980) y Jaque (Colombia, 2008).
La toma de la Embajada de Japón captó la atención global y puso al país bajo un intenso escrutinio nacional e internacional. En entrevista con ECData, José Williams, jefe y comandante de la Operación Chavín de Huántar y actual congresista, reflexionó sobre la presión que esto significó para el desarrollo de la estrategia.
“Había una necesidad nacional e internacional de ejecutar bien la operación. Por un lado, estaba en juego el futuro del país. Si la operación salía mal, estos grupos terroristas iban a reavivarse en un momento en que nos encontrábamos saliendo de la crisis. Por otro lado, este tipo de eventos no eran comunes en Latinoamérica, por tanto era importante demostrar que un país de la región era capaz de responder con eficacia para desincentivar futuras réplicas”, señaló.
Contra el reloj: Duración de las operaciones
A las 3:23 pm detonaron los explosivos en la esidencia del embajador japonés en Lima y los comandos emprendieron su asedio contra los terroristas. Según Williams, la operación militar se concretó en 32 minutos, tiempo en el que se habría logrado evacuar a los rehenes cautivos en el edificio.
En términos comparativos, la Operación Chavín de Huántar logró ser planeada y ejecutada en menos tiempo que otras de las estrategias exitosas incluidas en el análisis. En total, los rehenes estuvieron secuestrados por 126 días, la cifra más baja luego de Entebbe (8 días) y Nimrod (6).
“Lo más difícil fue conocer los lugares específicos en los que se ubicaban los terroristas y cómo reaccionarían ante la incursión. Teníamos que cubrir cualquier posibilidad que pudiera presentarse. Si necesitábamos un explosivo para detonar una puerta, llevábamos tres, por si alguno fallaba. Asimismo, teníamos hasta dos vías alternas para cubrir cada localización objetivo, necesitábamos un plan que cubriera cualquier contingencia”, comentó Williams al ser consultado sobre los principales desafíos durante la preparación de la operación Chavín de Huantar.
Eficiencia y eficacia
La operación Chavín de Huantar tuvo una la eficiencia -es decir, el porcentaje de rehenes rescatados con éxito- de 98.6%. Esta es superada únicamente por la operación Jaque y la incursión en Los Baños. En estas dos últimas, se logró rescatar al 100% de rehenes con vida.
En Chavín de Huantar, se logró rescatar con vida a 71 de los 72 rehenes. El magistrado Carlos Giusti Acuña falleció por una herida de bala durante la operación.
Aunque no es posible acceder al detalle del presupuesto asignado a cada operación, ECData revisó los montos asignados al sector Defensa en cada país durante el año de las respectivas operaciones.
En ese sentido, el Perú destinó menos presupuesto a su sector Defensa en el año en que se llevó a cabo la operación Chavín de Huántar, en comparación con los montos asignados por otros países a sus sectores de defensa durante los años en que ejecutaron operaciones militares similares.
Para Williams, el presupuesto resultó “suficiente, aunque no ideal”, y mencionó que hubo otros factores que ayudaron al éxito de esta operación.
“Teníamos la ventaja de que nuestras Fuerzas Armadas estaban en constante actividad, muchos de los comandos ya habían tenido experiencia en combate tanto en la guerra con Ecuador, como combatiendo al terrorismo en la Sierra y Selva del Perú”.
Otros factores que sumaron a la eficiencia de la operación, según Williams, fue el entrenamiento constante de las Fuerzas Armadas, a razón del contexto que vivía el país.
“Para el momento de la operación, habíamos contado con capacitación militar por parte de las fuerzas armadas estadounidenses e israelíes. Esto, sin duda, marco una diferencia importante para el desarrollo de la operación”, señaló.
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