Bastan 5 minutos para que un delincuente vacíe las cuentas bancarias tras el robo

Al marcar el 1820, el usuario es atendido por una operadora que solicita el nombre de la entidad financiera en cuestión. El nombre es identificado mediante inteligencia artificial y se deriva la llamada a la central de bloqueos de la entidad correspondiente. Anteriormente, una víctima de robo debía comunicarse con cada banco o financiera e identificar del listado de opciones el anexo que permitiera inhabilitar las tarjetas. En este tipo de situaciones, “el tiempo es oro”, según describió Gustavo Vallejo, especialista en ciberseguridad consultado por El Comercio.

El pasado 1 de julio, cámaras de videovigilancia de una vivienda demostraron la rapidez con la que los delincuentes pueden sustraer todo el dinero de las cuentas bancarias de sus víctimas. A las 10:09 de la noche, dos sujetos armados asaltaron a dos vecinos en el distrito de Jesús María. Tras amenazarlos y arrebatarles los dispositivos móviles, obligaron a las víctimas a proporcionarles las claves de acceso para ingresar a las aplicaciones bancarias y a las cuentas. Dos minutos fueron suficientes para obtener el botín. A las 10:11 p.m., la cámara mostraba a los delincuentes alejándose lentamente de la escena del crimen. Sin embargo, no es necesario que los delincuentes obtengan las claves de acceso mediante amenazas para que, en cuestión de minutos, uno pueda perderlo todo.

Determinar con exactitud cuánto tiempo tarda un criminal en acceder a las cuentas bancarias de su víctima es imposible, pues son múltiples los factores a considerar. Para Eduardo Quesquén, también especialista en ciberseguridad, lo primordial es que los usuarios tomen todas las medidas preventivas para así dificultar las acciones de los delincuentes y tener un mayor tiempo de reacción tras un robo. “Los usuarios, tanto para sus dispositivos móviles como para sus bancas digitales, deben asegurar contraseñas, la doble identificación, números o correos de respaldo, y asignar una contraseña a la tarjeta SIM del teléfono”, detalló a El Comercio.

Por su parte, Vallejo enfatizó que las “facilidades en el presente generan problemas en el futuro”, refiriéndose a las funciones virtuales que permiten guardar contraseñas y otros datos personales para agilizar el uso de los dispositivos. Para el especialista, es vital que “no carguemos todo [información personal] en el celular”, ya que ante un robo “hay muchas posibilidades de perder mucho más [si el ladrón cuenta con toda esa data]”. Asimismo, el experto confirmó que los delincuentes han evolucionado sus métodos para acceder a la información personal y vulnerar los accesos a las cuentas bancarias. “Hasta el año pasado, [el tiempo para que un delincuente ingresara a las cuentas bancarias desde un celular] era de dos horas. Ahora, pueden hacerlo en cinco minutos”, indicó.

En paralelo, Quesquén señaló que, en caso de robo de un celular que no cuente con diversas barreras de seguridad, los ladrones pueden tardar un promedio de dos horas en acceder a las cuentas bancarias y realizar alguna transacción, pero los tiempos dependen de cada caso. Sin embargo, Quesquén resaltó que este tiempo disminuye drásticamente cuando se trata del robo de una tarjeta de crédito o débito. “Ahí sí estamos hablando de minutos, de cinco minutos. Las operaciones más rápidas que se pueden hacer son mediante internet”, concluyó el entrevistado.

En comunicación con El Comercio, la Asociación de Bancos destacó que “es fundamental bloquear las tarjetas inmediatamente si uno sufre un robo, actuar rápidamente es crucial”. “El tiempo que tarda un delincuente en robar dinero de una cuenta bancaria tras el robo de una tarjeta o de un celular puede ser sorprendentemente corto, podría ser incluso cuestión de minutos”, retrataron. “Los celulares y tarjetas bancarias contienen información que, si cae en manos equivocadas, puede ser utilizada muy rápidamente para seguirte perjudicando. Más aún, los delincuentes pueden aprovecharse de la falta de medidas de seguridad adicionales que a veces tenemos: por ejemplo es crucial tener una buena contraseña que proteja tu celular y que sea difícil de descifrar”, adicionaron.

Más de cuatro mil celulares son robados cada día. Es decir, los accesos bancarios digitales de cientos de personas son vulnerados cada hora. En caso de ser víctima del robo de un celular, hay un conjunto de acciones que se deben tomar de manera inmediata. “Primero, se debe hacer el bloqueo remoto del dispositivo. Los fabricantes, como Apple y Android, disponen de ciertas herramientas para acceder al sistema desde cualquier plataforma y solicitar el bloqueo del dispositivo. Una vez hecho esto, lo siguiente es bloquear la línea telefónica. Es importante seguir este orden, porque el dispositivo debe mantenerse con señal para poder bloquearlo. Por costumbre, llamamos al operador y la línea se bloquea, pero el aparato permanece utilizable”, explicó Quesquén.

En otra línea, Vallejo recordó la importancia de que los usuarios se mantengan alertas al usar los dispositivos, ya que los delincuentes “buscan a personas distraídas usando el celular, desbloqueado, y rápidamente quitan el bloqueo automático”. El experto también indicó que, después de bloquear el número de teléfono, “se debe solicitar al operador un código que ayude a rastrear la solicitud de bloqueo”. Según Vallejo, hay casos en que las solicitudes de bloqueo son ignoradas por las operadoras o deshabilitadas por los propios delincuentes. Tras esto, Vallejo recomienda llamar al banco para bloquear las tarjetas y pedir el código correspondiente.

Cuando un delincuente se apodera de un dispositivo móvil, debe superar varias barreras de seguridad para acceder a las cuentas bancarias. Sin embargo, en el caso de las tarjetas de débito o crédito, la situación es diferente. Quesquén advirtió que los delincuentes solo tardan unos minutos en realizar transferencias virtuales al apoderarse de las tarjetas de sus víctimas. Al respecto, el especialista señaló que “la mayoría de las entidades bancarias ahora utilizan tarjetas sin identificación, y todo se maneja por aplicación móvil”. Estas tarjetas no cuentan con el número de tarjeta ni código de seguridad impresos.

Quesquén también recomendó utilizar, cuando sea posible, las billeteras digitales de los celulares que cuentan con la función NFC, la cual permite realizar pagos inalámbricos a corta distancia. De esta forma, explicó el especialista, los usuarios pueden optar por no llevar las tarjetas físicamente, lo que dificulta que los delincuentes puedan acceder a las cuentas y da más tiempo a la víctima para inhabilitarlas. Por otro lado, Vallejo argumentó que se debe evitar el uso de tarjetas de pago sin contacto, ya que permiten realizar pagos si un delincuente acerca un POS.