Los precios alcanzaron máximos históricos en el año (la cotización promedio mensual de la onza de oro pasó de US$2.034 a US$2.639, mientras que la libra de cobre pasó de US$3,79 a US$4,04) y la producción de ambos metales al cierre del 2024 crecería ligeramente o registraría un nivel similar al período anterior. De enero a noviembre, la extracción del metal precioso alcanzó las 97,6 toneladas, 7% por encima que los 11 primeros meses del 2023, mientras que la de cobre sumó en el mismo período 2,47 millones de toneladas (1,2% menos que en el 2023), según el Minem. Es decir, el monto de las exportaciones crecería más debido, principalmente, a los altos precios [ver cuadro].
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La SNMPE estima que al culminar el 2024 la extracción de oro formal alcanzaría los 3,5 millones de onzas (99,2 toneladas), mientras que, en el cobre, bordearía los 2,75 millones de toneladas, cifra similar al 2023, pero menor que los 2,9 millones de toneladas anuales proyectadas para la República del Congo, competidor del Perú por el segundo lugar en la producción mundial de este metal.
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Potencial por aprovechar
¿Se está aprovechando el actual ciclo al alza de ambas materias primas? Carlos Lozano, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), señala que, en la última década, la producción de oro descendió de 140 toneladas a casi 100, y la de cobre creció de 1,4 millones a casi 2,8 millones, pero aún es insuficiente en comparación con el potencial productivo local. La lista de proyectos en espera aumentaría la frontera de producción, especialmente del metal rojo.
El 75% del valor de la actual cartera (US$40 mil millones de los US$53.130 millones) son proyectos de cobre.
“Se habla del Congo, que produce un poco más inclusive que nosotros, pero como país tenemos mayor potencial de proyectos, estructura, organización y reservas para superar fácilmente eso. Tía María, por ejemplo, adicionaría 120 mil toneladas anuales; Zafranal (Arequipa), otras 126 mil; y Trapiche (Apurímac), 70 mil. Ahí tenemos un poco más de 300 mil toneladas en proyectos ‘greenfield’ [nuevos]”.
Víctor Gobitz, presidente de la SNMPE, señala que uno de los principales desafíos para las autoridades será la aprobación de una ley que aborde la formalización de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE).
“Se requiere una ley que formalice y que saque lo criminal de esta actividad, que tenga una mirada más consensuada de un grupo multipartidario en el Congreso”, anota.