Urpi Torrado

La equidad de género ha sido un tema central en el debate público durante las últimas décadas. Sin embargo, a pesar de los avances en materia de derechos y oportunidades, la realidad cotidiana de muchas sigue marcada por la desigualdad. La última edición del Worldviews Survey, realizada por la red WIN y Datum, revela que, aunque el 64% de los peruanos considera que la igualdad en el hogar se ha logrado total o parcialmente, los datos sobre la distribución de las tareas domésticas cuentan otra historia.

Las cifras evidencian que las mujeres continúan asumiendo la mayor parte de las responsabilidades en el hogar. En el Perú, ninguna de las tareas del hogar es realizada mayoritariamente por hombres. La única excepción con una menor brecha de género es el cuidado de mascotas, donde el 48% de los hombres reporta encargarse de esta tarea, frente al 54% de las mujeres. No obstante, la brecha más pronunciada se da en la cocina, donde el 78% de las mujeres asume esta labor frente a solo un 32% de los hombres, lo que representa una diferencia de 46 puntos porcentuales. Paradójicamente, en el ámbito profesional, los chefs más reconocidos suelen ser hombres, lo que refuerza el sesgo de género en las tareas del hogar.

El estudio calcula la brecha de género promediando la diferencia en la cantidad de tareas realizadas por hombres y mujeres en cada país. En el caso peruano, el gap es de -22,9%, ubicando al país en el sexto lugar entre las naciones con mayor desigualdad en la distribución de las tareas domésticas. Esto demuestra que, aunque el discurso sobre igualdad ha ganado relevancia, las prácticas cotidianas aún reflejan estructuras profundamente arraigadas en la cultura y en la dinámica familiar.

Pero la desigualdad no solo se manifiesta en el ámbito doméstico. La de género sigue siendo una preocupación importante a nivel global y, aunque en algunos países se han registrado descensos en la incidencia, el Perú sigue figurando entre los 15 países con mayores índices de violencia contra la mujer. El estudio de WIN y Datum indica que el porcentaje de mujeres que han experimentado algún tipo de violencia en el último año bajó del 16% al 12%. Sin embargo, la incidencia del acoso sexual se mantiene, mostrando que, a pesar de las campañas de concienciación, el problema persiste.

El impacto de la violencia y el acoso está fuertemente relacionado con la edad, siendo las mujeres jóvenes las más afectadas. Esta tendencia, que se ha mantenido desde el 2019, muestra que el entorno sigue siendo hostil para muchas mujeres que buscan desarrollarse en espacios laborales, educativos y sociales sin temor a sufrir algún tipo de agresión.

A nivel regional, el caso de Brasil podría ser un ejemplo de cómo las políticas públicas pueden generar cambios significativos. En ese país, la reinstalación del Ministerio de la Mujer en el 2023, junto con la implementación de líneas de ayuda 24/7, casas de acogida y más de diez nuevas leyes de protección a los derechos de las mujeres, ha permitido reducir la violencia de género. Como resultado, los reportes de violencia han caído del 31% al 19%, mientras que las denuncias de acoso sexual disminuyeron del 20% al 10%.

Brasil demuestra que el compromiso con la equidad de género puede traducirse en mejoras concretas para la vida de las mujeres. Este es un punto clave para América Latina, una región donde cinco de los 15 países con mayores índices de violencia de género y siete de los 15 con más casos de acoso sexual están ubicados.

En el Perú, si bien hay avances en la discusión sobre equidad de género, es fundamental que estos cambios se reflejen en el día a día, tanto en los hogares como en el ámbito laboral, político y social.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

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