Los árboles necesitan de dos a cuatro años para recuperar sus tasas de crecimiento después de sequías severas, un período mayor del establecido por los modelos globales que relacionan clima y vegetación, y que asumen una recuperación casi inmediata, informa un estudio publicado en la revista "Science".
La investigación sugiere que los bosques, como consecuencia de la recuperación lenta luego de uno de estos fenómeno, son capaces de almacenar menos carbono del que se había calculado y esto implicaría que el avance del cambio climático puede ser también más rápido de lo que se pensaba.
Según el estudio, dirigido por William R.L. Anderegg, de la Universidad de Utah (EEUU), los bosques juegan un papel muy importante en el amortiguamiento del cambio climático provocado por actividades humanas: los árboles fijan gran parte de las emisiones de CO2 mediante la fotosíntesis para luego transformar y almacenar parte de ese carbono sintetizado en forma de madera.
"Si los bosques no son tan buenos reteniendo el dióxido de carbono, esto significa que el cambio climático podría acelerarse", asegura el especialista en una nota de prensa de la mencionada universidad.
El estudio
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron una base de datos global de crecimiento de los árboles (Internacional Tree Ring Data Bank), una base construida a partir de mediciones de anillos de crecimiento aportadas por científicos de todo el mundo.
En concreto, estudiaron la recuperación de estas plantas de más de 1.300 bosques no tropicales después de las graves sequías ocurridas en la segunda mitad del siglo XX, entre ellas la del 2003 en el centro de Europa.
La dendrocronología es la ciencia que estudia los anillos de crecimiento en los troncos de los árboles y mediante técnicas dendrocronológicas los investigadores pudieron reconstruir el crecimiento tras las sequías. De esta forma, se logró tener una idea de cómo los bosques convierten el carbono a lo largo del tiempo.
Una vez establecido los años que tardaron los árboles en recuperarse, los investigadores compararon los datos con los cálculos de los modelos teóricos de clima y vegetación.
Así, de acuerdo a este trabajo, el crecimiento fue aproximadamente un 9% menor de lo esperado durante el primer año de recuperación y un 5 % menor en el segundo año. Los efectos de la sequía fueron más acusados en familias como las pináceas (pinos y otras coníferas) y en zonas semiáridas.
Según Anderegg, el impacto en la capacidad de almacenamiento de CO2 "no es insignificante: durante más de un siglo, la capacidad de almacenamiento de carbono en los ecosistemas semiáridos se reduciría en 1,6 gigatoneladas, una cantidad mayor que el total de las emisiones de carbono relacionadas con la energía que se producen en EE.UU. en un año".
Fuente: EFE