En el panteón de la TV peruana hay algunos programas cuyos nombres se repiten continuamente: “Trampolín a la fama”, “Risas y salsa”, “Nubeluz”, “Pataclaún”, “1000 oficios”; programas que significaron un antes y un después. Entre esos nombres también se destaca “Casado con mi hermano” (1992-1994), la primera comedia de situaciones (‘sitcom’ a la usanza estadounidense) creada 100% en nuestro país.
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Ideada por el productor de TV y entonces gerente general de Panamericana Televisión Humberto Polar Delgado, la serie seguía las aventuras y desventuras de los hermanos Gasteluméndez: Guido (Leonardo Torres Vilar) y Waldo (Paul Martin); quienes no podían ser más diferentes entre sí. Mientras que Guido es algo neurótico, acomplejado e inseguro, Waldo es carismático, atlético y confiado. Sus respectivas esposas también no podrían ser más diferentes, con Annie (interpretada por Gloria Klein) presentándose como una inocente ama de casa, mientras que Maggie (Maritza Picasso) es una sensual modelo. A pesar de las diferencias, ambas parejas se verán obligadas a convivir en la casa que les dejaron sus padres, ubicada en el ‘exclusivo’ distrito de Mirapobres.
La premisa, tan parecida a la de shows como “Perfect Strangers” (“Dos perfectos desconocidos”) puede parecer simple para público actual, acostumbrado a ‘sitcoms’ con argumentos más disparatados como “Brooklyn Nine-Nine”, “The Big Bang Theory” y “30 Rock"; pero funcionaba perfectamente para lo que estaba diseñado por su creador: convertirse en la primera comedia de situaciones al estilo americano ‘Made in Perú’.
PARTE I: el sueño de la ‘sitcom’ propia
“Yo había estudiado a fondo cómo eran las ‘sitcoms’ americanas: no eran de más de cuatro personajes y con una escenografía fundamental, que era la casa u oficina de uno de ellos”, cuenta a El Comercio por entrevista telefónica Humberto Polar Delgado.
El productor de televisión, un declarado fanático de comedias de situaciones clásicas como “El show de Dick Van Dyke” y “Yo amo a Lucy”, había tenido éxito con la popularidad de la novela “Natacha” (1990-1991) y ahora tenía como ambición probar el formato de ‘sitcom’ (prácticamente inexistente en cuanto a producción nacional) con su productora TeleTaller. El antecedente directo de “Casado con mi hermano” fue “Los Pérez-Gil”, una comedia de situaciones protagonizada por Regina Alcóver y Gianfranco Brero que se emitió brevemente por Panamericana Televisión en 1984 y en la que Humberto Polar también estuvo involucrado.
“Era una sitcom con unos libretos argentinos que fueron comprados por Genaro Delgado Parker. El título original era ‘Gorrocito y familia’”, recuerda Polar. Pero la vida de “Los Pérez-gil” fue breve y, después de dos decenas de capítulos - emitidos una vez a la semana- el programa se ‘marchitó’ y salió del aire.
Con el título provisional de “El casado casa quiere” Polar esbozó lo que sería la premisa de “Casado con mi hermano”, dándole nombre y sus características principales a los personajes. Waldo sería Paul Martin, mientras que Guido sería Leonardo Torres Vilar, ambos actores con quien ya había trabajado en “Natacha”. Mientras tanto Maggie estaría interpretada por Maritza Picasso, una actriz ya conocida por su participación en la serie procedimental policial “Gamboa” (1986). El cuarto personaje fue un poco más difícil de encontrar, pero al final eligió a la joven actriz Gloria Klein; otro talento presente en “Natacha”.
La serie también tenía otro propósito. Era costumbre que los canales firmaran contratos de exclusividad con algunas figuras, pagándoles un sueldo mensual para que siguieran trabajando con ellos. Paul Martin era uno de los actores con ese tipo de contratos, por lo que el proyecto de Humberto Polar permitiría mantenerlo ocupado mientras se preparaba el siguiente proyecto: el remake de la telenovela argentina “Yo me llamo Gorrión” titulado simplemente “Gorrión” (1994-1995).
Con la propuesta en mano, Humberto Polar se acercó a Arturo Delgado, entonces presidente ejecutivo de Panamericana Televisión, quien le propuso hacer un piloto. Fue durante su conversación con Leonardo Torres donde el actor le hizo la pregunta del millón: “¿y quién va a hacer los libretos?”.
The Leopoldos
“Tenía diseñada la serie y los personajes, pero no los libretos”, recuerda Polar, quien remarca que en esa etapa del proyecto él tenía planeado escribir los argumentos de los capítulos y luego buscar dialoguistas para completar el guion. Pero Leonardo Torres tenía una alternativa: en ese entonces pertenecía a los Leopoldos, un grupo de amigos de la Universidad de Lima con quienes hacían un programa titulado “Babel” en Radio Miraflores.
Además de Leonardo, los Leopoldos estaban conformados por Gigio Aranda, Pablo Guerra, Luis del Prado, Raúl Bastante y Carlos Cabrera. Todos jóvenes y ninguno con experiencia en cómo escribir una serie de televisión para ‘primetime’.
“Éramos un grupo de guionistas locos que terminamos en la oficina de Humberto Polar Delgado conversando sobre la serie”, recuerda Leonardo Torres.
“Alguna gracia le debemos haber causado al ‘tío Polar’ para que nos haya permitido trabajar”, reflexiona Gigio Aranda, quien en ese momento tenía 21 años. “Esa no es una edad de guionistas. Y fue una suerte demasiado grande, pero no la desaprovechamos también. Nos sacamos de mugre.”
Humberto Polar todavía ríe cuando rememora el encuentro. “Yo los cité a mi oficina y se me aparecen media docena de monstruos, todos luciendo sus mejores habilidades cómicas. Entonces yo decidí que el grupo iba a hacer los libretos.”
El elegir a jóvenes recién salidos de la universidad como guionistas puede parecer un gran riesgo por parte de Humberto Polar, pero él nos asegura que todo estaba calculado. No quería personas que hubieran trabajado antes en las comedias que ya teníamos en nuestro país.
“Yo quería la comedia fina, la sitcom. Entonces mi apuesta fue por todo nuevo. No fue por casualidad”, asegura.
El génesis de los Gasteluméndez
Entre las primeras cosas que se tuvo que trabajar fue encontrarle un nuevo título a la serie, ya que "El casado casa quiere", nombre original propuesto por Humberto Polar, era también el título de una obra de teatro del autor español Alfonso Paso.
Entre los títulos que se barajaron estuvo “The Gasteluméndez”, inspirado en el nombre en inglés de “Los Picapiedra” (“The Flintsones”) y, probablemente, en la por entonces relativamente nueva “Los Simpson”. Otro nombre para el programa fue “Jabón para cuatro”, pero este también fue rechazado. Al final quedó “Casado con mi hermano”, nombre que Leonardo Torres afirma que fue de su cosecha.
Para crear la fórmula de la nueva serie, los nuevos guionistas estudiaron varios programas, desde ‘sitcoms’ clásicas como “The Honeymooners”, “La familia Monster”, “Los Locos Adams” y “Los Picapiedra” e incluso shows más rebuscados como los desarrollados por Monty Python, un grupo cómico británico recordado por su humor absurdo con un toque intelectual. No dejaron de lado comedias más recientes, como “Seinfeld”, “¿Quién manda a quién?”, “Matrimonio con hijos” y “Los Simpson”.
Fue entonces la labor de los Leopoldo en desarrollar la idea de Humberto Polar en la serie que conocemos ahora, dándole profundidad a los personajes. Entre los cambios que se dieron fue el darle el apellido a los hermanos Gasteluméndez. También escribieron un perfil psicológico de cada uno de los personajes, presentando una especie de “biografía alocada” de sus vidas con datos y hechos que incluso no salieron en la misma serie.
También se discutieron ideas sobre cómo sería la intro de la serie. Leonardo Torres recuerda que una de las ideas que se barajó fue que se mostrara la génesis biológica de Waldo y Guido.
“Desde que empieza la humanidad, donde únicamente hay amebas y van creciendo para formarse organismos multicelulares y luego dinosaurios y animales. Y recuerdo que a Humberto Polar no le gustó la idea, pero luego la hemos visto en ‘The Big Bang Theory’. Siempre voy a admirar el ingenio y la creatividad de los Leopoldos, sobre todo de Gigio y de Pablo, que eran el alma de los guiones”, afirmó.
Con los actores, guionistas y el equipo de producción ya en su lugar, se procedió a filmar el episodio piloto; una muestra del potencial que podía tener la serie.
“Hicimos el piloto y nos salió muy bien, les gustó”, indica Humberto Polar “Pero en eso Arturo me dice: ‘ya, ‘Casado con mi hermano’ va los lunes, miércoles y viernes, ¿pero que hay para martes y jueves?’ Y ahí es donde surge la ‘sitcom’ ‘Fandango’, pero por defecto, por exigencia del canal.”
PARTE 2: LA FÓRMULA GANADORA
Hacer comedia es un asunto serio y más aún una ‘sitcom’, un formato que esta diseñado para tener, en el mejor de los casos, una duración indefinida. Es por eso que el éxito de “Casado con mi hermano”, en la que tantos miembros del equipo de producción de TeleTaller incursionaban por primera vez en el género, es tan admirable.
Durante las conversaciones que tuvo este diario con los actores, guionistas y el productor de la serie, tres factores destacaron como las razones del éxito de la serie. El primero, la novedad de ser un ‘sitcom’, un formato poco explorado en la televisión nacional. El segundo, los guiones escritos por Los Leopoldos, en particular Pablo Guerra y Gigio Aranda, quienes ayudados por una sólida premisa se volvieron más y más creativos a lo largo de la producción. Finalmente, la buena química del elenco conformado por Leonardo Torres Vilar, Gloria Klein, Paul Martin y Maritza Picasso, así como el resto del equipo de la producción, que hacían que el grabar los capítulos no solo fuera un trabajo. “El elenco estaba pintado”, sostiene el creador de la serie, Humberto Polar Delgado.
“Yo iba a grabar y para mí era ir a divertirme”, recuerda a su vez Gloria Klein, quien interpretaba a Annie. “Era pasarla bonito, reírme, compartir con mis amigos y mis compañeros de trabajo. Me sentía súper bien.”
JUNTOS MEJOR
La importancia de los personajes respecto al éxito de un ‘sitcom’ no puede ser sobreestimada. “Seinfeld”, “Friends” y “The Big Bang Theory” son claros ejemplos de ‘sitcoms’ exitosas que cuentan con un elenco memorable. Son estos el motor que impulsa a la serie o, como resalta Gigio Aranda, son los personajes los que hacen las comedias: “personaje bien creado, crea su propio chiste”, reflexiona.
Cabe señalar que como muchas de las cosas en la industria del entretenimiento, los personajes son una colaboración entre los actores que los interpretan y los guionistas que los escriben.
“El actor es el 50% del personaje. Pero el personaje está escrito”, acota el guionista Pablo Guerra. “Todo lo que el personaje hace, dice y piensa está escrito, y eso lo hacemos nosotros.”
“Sí, era un humor distinto. Había mucho de ironía intensa, de humor negro. De un sarcasmo inteligente y distinto”, nos dice en otro momento Paul Martin. “Y era muy divertido hacerlo además. Desde que uno leía los guiones ya empezaba a disfrutarlo. Actuarlo era más que un placer. Además eran personajes muy bien delineados, con unas características muy claras. Y la gente encontraba en ellos una lectura muy fácil y entre ellos funcionaban bien.”
CONOCIENDO A LA FAMILIA
Guido Gasteluméndez - Leonardo Torres Vilar
El menor de los hermanos Gasteluméndez, Guido estudió filosofía y era fotógrafo de profesión. Su inteligencia natural era contrarrestada por su carácter acomplejado, miedoso e inseguro.
“En la propuesta inicial estaba que Guido y Annie eran muy recatados”, señala Leonardo Torres. “Yo en ese momento no tenía mayor técnica actoral, simplemente me dio por actuar de una manera recatada y muy estereotipada. En mi caso particular, quería distanciarme de mi personaje de Carlitos de ‘Natacha’, por lo que para Guido hice todo lo contrario.”
El actor sostiene que el personaje fue “ganando carne con el pasar de los capítulos”.
“Creo que al final quedé bastante contento. Ninguno de los personaje tenía una verdad, eran cartones, pero al público no parecía importarle demasiado y al final nos divertíamos bastante”, afirma.
“Algo que le comentaba a Paul Martin era que en el caso de Guido y de Waldo los personajes era prácticamente el ‘clauns’ de sus actores”, añade Leonardo. “Eso significa que en el fondo Paul y yo éramos así. En lo más íntimo yo soy así de nerd, de tarado, de serio... y que simplemente lo que hacíamos era extremar todo eso. Y quizás por eso los personajes salieron con tanto cariño, porque quizás estábamos actuando menos de lo que parecía.”
Waldo Gasteluméndez - Paul Martin
El mayor de los hermanos Gasteluméndez, Waldo era piloto de avión de profesión y tenía todo lo que Guido le faltaba, siendo bien parecido, deportista y desenvuelto.
“Todos los personajes cuentan de alguna manera con un punto de partida nuestro”, afirma el actor Paul Martin. “Entonces Waldo viene a ser la exacerbación de algunas características mías. Y de hecho también hay elementos de algunos amigos que agarré.”
“El guion lo que te da es una pauta, el perfil del personaje te da otra y luego lo vas humanizando”, acota. “Cuando empiezas a interpretarlo, vas encontrando además cosas que van enriqueciendo al personaje, que no simplemente se trata de exacerbar algunas características. Pero como punto de partida en algunas situaciones si funciona para llegar a hacer una interpretación orgánica, para que sea verdad lo que siente el personaje, que es lo que debes de sentir tú mismo en ese momento”, añade.
Annie - Gloria Klein
La esposa de Guido que se dedica a ser la ama de casa de los Gasteluméndez. Y si bien inicialmente muestra una actitud sumisa y hacendosa, debajo de la misma se esconde una chispa de sarcasmo que sale a relucir en ocasiones.
“La estructura de Annie ya estaba. La dulce, la cándida, la inocente”, indica Gloria Klein. Esto en claro contraste a la otra esposa “que era la sexy”, señala.
Al igual que en el caso de Leonardo Torres, este era el segundo papel importante que Gloria tenía en la televisión, luego de formar parte del elenco de la telenovela “Natacha”.
“En mi caso, a mí me dieron las pautas y simplemente así nació Annie”, resalta. “No siento que haya sido algo muy duro para mí de crear, de ser, de formar, de estructurar. Lo tenía muy a la mano, era muy fácil de hacerlo. Yo lo sentía muy cercano. Fue fácil de crearlo.”
Cuestionada sobre las similitudes entre ella y su personaje, señaló “yo tenía 18 años en ese momento y era muy inocente también, muy niña. Yo era bastante de casa, muy tímida. Sí, tenía bastante de mí, pero no era yo. Todos los personajes tienen algo del actor.”
Maggie - Maritza Picasso
La cuarta columna de la casa de los Gasteluméndez era Maggie, la esposa sexy de Waldo. Si bien no pudimos comunicarnos con la actriz, quien dejó el mundo del espectáculo a mediados de los 90, su personaje causó gran impacto entre los televidentes en esa época por su humor pícaro y su belleza, perfecto complemento para el libertino personaje de Waldo.
Y si bien es difícil por el momento saber de dónde sacó su personaje de “Casado con mi hermano”, según el productor de la serie Humberto Polar el personaje de Maggie “era Maritza Picasso”.
Construyendo la casa
Para facilitar la filmación del programa se construyó el set en el estudio que tenía Panamericana Televisión en el Coliseo Amauta, el mismo lugar donde también se grabó programas como “Natacha”, “Nubeluz” y posteriormente “Gorrión”.
Para “Casado con mi hermano” había dos grandes sets: uno conformado por el primer piso de la casa que incluía entrada, porche, sala y cocina; mientras que el otro estaba conformado por el segundo piso de la casa, donde estaban los dos dormitorios de los personajes principales, un pasillo conector y un baño.
Esto facilitaba enormemente las grabaciones, permitiéndoles producir rápidamente contenido y reducía al mínimo la necesidad de la edición del programa posteriormente.
“No había exteriores, ni había que saltar de un set a otro. Era fácil y era divertido”, recuerda Leonardo Torres Vilar.
“Fandango”, el hermanito menor
Y si bien todo parecía bien encaminado con “Casado con mi hermano”, esta no fue la única comedia de situación de las que se tuvo que encargar TeleTaller en ese momento. Cuando se acordó que “Casado con mi hermano” saliera los lunes, miércoles y viernes, el entonces presidente ejecutivo de Panamericana Televisión, Arturo Delgado, puso como condición que se produjera un programa para los martes y jueves. El show que nació de esa condición se tituló “Fandango”.
Adicionalmente, el producir otro proyecto también solucionaba otro problema del canal, que era mantener ocupado a Diego Bertie, quien, al igual que Paul Martin, había firmado un contrato de exclusividad con Panamericana Televisión tras la conclusión de “Natacha” que le acreditaba un sueldo mensual, estuviera o no involucrado en un proyecto.
Para crear “Fandango”, Humberto Polar recurrió nuevamente a su amor por las producciones de los 50, aunque esta vez se volcó a lo cinematográfico.
Es así que se inspiró de la película “Lili” (1953), una cinta romántica dirigida por Charles Walters que trataba de una inocente joven que encuentra trabajo en un circo itinerante luego de quedarse huérfana. Su espectáculo consiste en conversar cándidamente con un grupo de títeres, aparentemente sin saber que estos son controlados por una persona detrás del escenario, de la que termina enamorándose al final de la cinta.
“Ese diseño de los títeres conversando con una niña a mí me gustaba mucho. Entonces lo trasladó a ‘Fandango’”, afirma Polar.
La historia de “Fandango” giraba en torno a dos hermanos huérfanos: el joven Bruno Pómez (Diego Bertie) y su hermana de 13 años Paula (Mari Pili Barreda), quienes heredan el negocio de títeres de su abuelo, haciendo funciones desde el garaje de su casa.
“Intentar hacer algo gracioso con esa premisa fue contraproducente”, admite Gigio Aranda. “'Casado con mi hermano' era una sitcom muy fácil de entender, mientras que ‘Fandango’ costaba mucho trabajo hacerlo”.
“En ese entonces ni nosotros estábamos para hacer esa serie ni Diego estaba para protagonizarla, así que no funcionó mucho”, añade el guionista, quien sostiene que en la actualidad podría hacer el mejor capítulo de “Fandango” con el actor, a quien considera uno de los mejores del Perú. “Es un súper comediante”, sostiene.
“A Diego Bertie no le gustó para nada”, recuerda Humberto Polar. “En ese momento había una rivalidad entre él y Paul Martin que venía desde ‘Natacha’. Entonces como quien dice que a Paul Martin le había tocado el número premiado con ‘Casado con mi hermano’ y a Diego le estábamos dando la serie segundona, complementaria y en la que nadie pensó nunca”.
“Entonces todos, menos yo, la hicieron a desgano”, agrega el productor. “El clima en ‘Fandango’ nunca fue bueno, mientras que en ‘Casado con mi hermano’ corría todo bien.”
Dormir no es una opción
Con una ‘sitcom’ funcionando bien y otra no tanto, las manos de TeleTaller estaban ocupadas al máximo. Y si bien se había hecho todo para que la filmación sea lo más eficiente posible, esto no quitaba que “Casado con mi hermano” era emitido tres veces a la semana, mientras que sus contrapartes estadounidense solo tenían que emitir un episodio en el mismo periodo. Una muestra de la intensidad es que cuando finalizó “Casado con mi hermano” en 1994 la serie superaba los 150 capítulos emitidos a lo largo de dos temporadas. “Perfect Strangers” (“Dos perfectos desconocidos”), una ‘sitcom’ estadounidense contemporánea, llegó a ese número de capítulos en ocho temporadas.
Para los actores, esto significaba que se tenían que producir al menos tres capítulos a la semana, aunque usualmente se hacían más para adelantar la producción, mientras que en el caso de los guionistas, su carga laboral se incrementó aún más al tener que también producir guiones para “Fandango”.
“Trabajamos todo el tiempo. En un momento Gigio y yo llegamos a vivir en la oficina. Entrábamos lunes en la mañana y salíamos el sábado en la noche, escribiendo cada uno un capítulo diario: 12 capítulos a la semana”, recuerda Pablo Guerra sobre los momentos más intensos de su primer trabajo. “Cada día tenías que pensar que ibas a escribir y en la noche terminarlo si querías descansar. Así era el ritmo de la producción.”
Mientras tanto, Leonardo Torres Vilar no solo tenía que actuar, sino que sucedió las funciones de director escénico tras la salida de Coco Chiarella tras la filmación del piloto.
“Al final, la experiencia de dirigir escénicamente y de actuar me pasó cierta factura”, rememora el intérprete. “Llegaba al set, marcaba movimientos, hacía un par de comentarios y luego yo entraba al personaje, entonces todo era muy apurado, corría mucho, entonces era una vaina.”
No fue el único en la silla del director.
“Cuando me dio hepatitis, mas o menos después de hacer el capítulo 20, tuvo que hacerse una serie de capítulos sin mi personaje y ahí fue que Paul Martin entró a dirigir”, remarca. “Luego retomé la dirección y en la segunda temporada, que se hicieron 40 capítulos aproximadamente, simplemente nos dividimos la dirección entre él y yo. Él dirigió una mitad y yo dirigí la otra.”
Así pasaría el primer año de “Casado con mi hermano”, cuya primera temporada terminaría con más de un centenar de episodios. “Fandango”, que solo tuvo un éxito moderado, no regresó por una temporada más. No sería el único de ausentarse en la siguiente temporada ya que Maritza Picasso no regresaría al set de la ‘sitcom’. Y con este abandono ya nada sería lo mismo para los Gasteluméndez.
PARTE III: RENOVANDO EL HOGAR
Con la salida de Maritza Picasso la dinámica de “Casado con mi hermano” inevitablemente cambió. Desde sus inicios el programa estaba diseñado para desarrollarse en un solo ambiente con cuatro personajes, dos parejas completamente diferentes, y era de esta oposición del yin y el yang de la que gran parte de la comedia se originaba.
Para llenar este vacío, además del formado en el corazón de Waldo (Paul Martin), TeleTaller recurrió a un recurso tan antiguo como el género del ‘sitcom’, los artistas invitados. En ese entonces Panamericana Televisión tenía muy buenas relaciones con emisoras extranjeras como Televen de Venezuela y fruto de esta alianza llegaron al programa estrellas de telenovelas como Alba Roversi, Mariela Alcalá, Emma Rabbe, quienes se convirtieron en los nuevos intereses amorosos del más libertino de los Gasteluméndez.
La salida de Maggie no fue el único cambio que ocurrió finalizada la primera temporada de la serie, y es que la casa de los Gasteluméndez había recibido la llegada de la pequeña Guidomaría, hija de Annie (Gloria Klein) y Guido (Leonardo Torres Vilar).
Adicionalmente, el universo de los Gasteluméndez también se expandió de las cuatro paredes de su hogar, con la nueva temporada mostrando a la familia visitando espacios alejados del distrito de Mirapobres (y de los sets del estudio Amauta). Sin ir más lejos, el primer capítulo los llevaría a Miami, Estados Unidos.
Otro episodio, el mismo donde participó Alba Roversi, sería grabado en la ciudad imperial de Cusco, donde la estrella venezolana se volvió la última conquista de Waldo, el personaje de Paul Martin. En la trama, la nueva pareja se fuga a Machu Picchu perseguida por Guido y Annie, quienes buscan evitar que se consuma la “indebida” relación. Le seguirán varias bromas grabadas en la espectacular ciudadela incaica, con referencias a “Indiana Jones” incluídas.
“Eso no ocurrió en la primera temporada. Todo eso era para darle mucho más look y más valor internacional a la segunda temporada”, afirma Leonardo Torres Vilar, quien en aquella época empezó a compartir la labor de director escénico con Paul Martin.
Y si bien las decisiones tomadas en la segunda temporada pudieron ayudar a la popularidad de la serie, que llegó a transmitirse en países como Guatemala, no fue de la completa satisfacción de su creador, Humberto Polar Delgado.
“No es lo mismo una serie con cuatro personajes con quien has hecho 120 capítulos que una segunda temporada en que ya justificas por que una se fue”, confesó en diálogo a El Comercio. “Para mí, la primera temporada de ‘Casado con mi hermano’ fue, definitivamente, la mejor y yo sigo sosteniendo que fue la única comedia de situaciones del Perú”.
CASA CLAUSURADA
El final de “Casado con mi hermano” fue inesperado. El equipo de producción se encontraba grabando un episodio en el Hotel Las Dunas de Ica cuando recibieron la llamada que todo había terminado.
“Mientras estaban filmando en Ica con Leonardo, Paul y con Gloria Klein llegó la llamada telefónica”, recordó Gigio Aranda, uno de los guionistas de la serie y ahora conocido por su trabajo en “Al fondo hay sitio” y “De vuelta al barrio”. “Llegó mientras estábamos en TeleTaller diciéndole que ‘se acabó todo. Se acabó la plata.’”
Los problemas de la familia Gasteluméndez se habían cruzado con los líos de otra familia más poderosa: los Delgado Parker. Humberto Polar, quien desde su posición como gerente general de Panamericana Televisión pudo ser testigo privilegiado de los problemas económicos de la emisora en esos tiempos, nos da su testimonio.
“Panamericana en ese momento se estaba cayendo a pedazos porque se le estaban llevando a pedazos la familia Delgado”, afirma Humberto Polar. “Genaro (Delgado Parker) estaba peleado con sus hermanos y sus sobrinos. Entre los primos no se llevaban bien, se turnaban la presidencia ejecutiva.... toda esas cosas lo que costaron fue plata, plata y plata. En el momento en que declaran insolvente Panamericana, el canal debía US$46 millones de dólares.”
No fueron ayudados los problemas económicos generados por programas como “Nubeluz” y “El Baúl de la felicidad”, que al final de su estadía al aire habrían perdido US$100 millones y US$5 millones, respectivamente, según el propio Humberto Polar. Estos problemas económicos, junto a la fuga de algunas de algunas de sus figuras más importantes, causaron el declive de la otrora poderosa emisora a mediados de los 90.
“Yo producía ‘Casado con mi hermano’ en una empresa que se le llamaba burbuja, porque si bien pertenecía a Panamericana, yo la gerenciaba y era el responsable ante el directorio. Eso salvó a las series temporalmente. Por lo menos tuvimos dos temporadas de ‘Casado con mi hermano’ y una de ‘Fandango’”, agrega el productor.
EL INTENTO DE REGRESO
“Casado con mi hermano” emitió su capítulo final en 1994, pero eso no significó el final de su lugar en la vida de algunos de sus fanáticos... ni en la de sus protagonistas. Leonardo Torres Vilar nos revela que hubo charlas sobre un posible regreso de la familia Gasteluméndez tanto en 2003 como 2016.
“Hubo charlas en el 2003 para hacer la tercera temporada de ‘Casado con mi hermano’”, afirma. “Recuerdo que nos juntamos en mi casa con Humberto Polar, con Gigio Aranda, Pablo Guerra, Paul Martin y Gloria Klein y hubo ese intento, pero no recuerdo por qué no salió.”
El siguiente intento ocurrió en 2016, coincidiendo con la moda del momento de revivir series clásicas de la televisión como “Tres por tres” y “Will & Grace”. El caso también recibió más atención de los medios al tener adosado en el proyecto a Tondero Producciones, una de las casas productoras más importantes del país, además de ser mencionado por el propio Paul Martin durante una entrevista con Perú21.
Sin embargo, a diferencia de los remakes ya mencionados, lo que se propuso inicialmente no era realizar una tercera temporada en la televisión o un reboot cinematográfico, sino llevar a “Casado con mi hermano” a las tablas con una obra de teatro.
“Hubo una idea con los propios actores de poder llevar el formato de la serie, tan querida por el público, hacia el teatro y reponer lo que tanto conoce la gente del show”, afirma Miguel Valladares, gerente general de Tondero Producciones. “Se habló con Paúl, Leonardo y Gloria, hubo mucho interés y tuvimos algunas reuniones, pero la verdad es que no prosperó por un tema de las salas de teatro. No había espacios y se tenía que replantear para el siguiente año”.
Hablando con miembros del elenco de “Casado con mi hermano”, nos dan la impresión de que para algunos la puesta en escena era solo el primer paso para un proyecto que podría involucrar el regreso de la televisión de los Gasteluméndez, abriendo además la posibilidad de una llegada a la pantalla grande.
Pero cuando conversamos con Valladares, el productor mantuvo que la obra de teatro fue lo único acordado, aunque consintió que el tema de otros formatos se pudo haber dado durante las negociaciones.
“Supongo que en algún momento les habré dicho ‘si funciona a nivel teatral y es un boom, podemos extenderlo a otros formatos, de repente’”, sostuvo Valladares, mencionando cómo “Av. Larco” fue primero una obra de teatro antes de ser un filme.
Ese no habría sido el único contratiempo durante con las negociaciones. Para Pablo Guerra, quien junto a Gigio Aranda escribió la mayoría de episodios de “Casado con mi hermano”, el no involucrar a los guionistas originales en un primer momento fue un gran error, así como no dejar nada oficial para a la hora formalizar el proyecto.
“Ya meses antes habían hablado con los actores y nosotros nunca nos habíamos enterado. Lo cual me parece un poco ‘naive’ por decirle menos”, afirma Guerra, resaltando el papel primordial que tienen los libretistas en la creación de los personajes que vemos en pantalla y en las tablas. “Tondero no lo manejó bien. No hubo nada claro, en ningún momento se habló ningún contrato y no nos pusieron ningún presupuesto. No nos hicieron ninguna propuesta.”
Quien también resaltó la importancia de contar con los guionistas originales fue el propio Paul Martin. “Yo sentía que si Gigio no escribía el libreto, la comedia no iba a tener el espíritu de ‘Casado con mi hermano’. Sentía que era muy difícil que los personajes y las sensaciones tengan el mismo corazón que el original”, sentenció.
Finalmente, compromisos de varios miembros del elenco hicieron que el proyecto se aplazara aún más hasta que el ímpetu del reboot murió por inercia.
Pero el golpe de gracia a este intento llegaría con la llegada en el 2017 de “De vuelta al barrio”, proyecto televisivo que volvió a reunir a Gigio Aranda y Pablo Guerra con Paul Martin. Sin Waldo, no había “Casado con mi hermano”.
EL LEGADO DE LOS GASTELUMÉNDEZ
“Casado con mi hermano” se produjo entre 1992 y 1994, un breve periodo para su importancia en la historia de la televisión peruana. Es resaltable que con alrededor de 150 episodios a lo largo de su producción, presentó un volumen equivalente a series como “Perfect Strangers” (150 episodios en ocho temporadas) o “The Nanny” (146 episodios en seis temporadas).
Las frecuentes menciones a esta serie motivaron al redactor de esta nota a escribir esta serie de artículos, a pesar de nunca haber visto la serie cuando fue emitida originalmente. La falta de información sobre la misma, así como la dificultad para encontrar episodios del ‘sitcom’ -solo hay un capítulo subido a YouTube-, motivaron aún más nuestra curiosidad sobre este show. Esta dificultad para encontrar episodios de la serie se extiende incluso a quien fue el padre de “Casado con mi hermano”, Humberto Polar.
“Yo los he buscado hasta el Polvos Azules”, nos comentó durante la entrevista. “Sabes lo que pasa, la crisis de la televisión, la crisis de la Panamericana, económicamente llegó al extremo de que en los cassettes donde estaban grabados los episodios originales de ‘Casado con mi hermano’ se le grababa encima una telenovela o yo qué sé. Llegó un momento en que no tenían plata para comprar cassettes. Entonces eso se ha perdido porque se han grabado sobre los originales cualquier cosa.”
Afortunadamente, no todo es tan lúgubre en el panorama de la serie. El Comercio consultó con la propia Panamericana Televisión para confirmar si es que se han perdido los episodios de la serie. Debido al contexto causado por la pandemia del coronavirus COVID-19, no pudieron confirmar cuántos episodios tenían en sus archivos, aunque nos adelantaron que sí habían sobrevivido algunos. Esperamos poder actualizar la nota cuando se regularice la situación y nos puedan confirmar la información. Adicionalmente, el actor Leonardo Torres Vilar también nos pudo confirmar que tenía en su posesión episodios de la serie, salvando del completo olvido al programa.
Pero el legado de “Casado con mi hermano” no se queda solo en el mismo programa, sino que también se extiende a su influencia en la televisión. Y no solo hablamos de cómo Annie y Wendy de “Patacláun” son personajes similares o los roles que sus protagonistas tendría en otros proyectos. Su creación como una comedia peruana también influenció lo que posteriormente se hizo en la televisión nacional.
“Lo que yo hice en ‘Mil oficios’ era hacer esto que me había costado tanto trabajo hacer, que era una sitcom casi diaria, y convertirla en una novela”, afirma Gigio Aranda. “Lo que no vimos en su momento es que a nosotros en el Perú nos gusta reírnos, Entonces nos gustaban las novelas brasileñas que daban risa, pero no hacíamos novelas graciosas. Hubo algunos intentos, como en ‘Los de arriba y los de abajo’ y de ahí con esas enseñanzas yo paso a hacer “Mil oficios” que era mi mezcla de comedia y novela”.
De similar opinión es su colega Pablo Guerra, quien destacó como parte de su trabajo posterior en programas como “Al fondo hay sitio” y “De vuelta al barrio” salen de la experiencia que tuvieron en “Casado con mi hermano”, su primer trabajo como guionistas.
“Con Gigio seguimos trabajando desde esa época. El formato de escritura, la forma de guion que usamos, es la misma”, afirma.
Es así que si bien “Casado con mi hermano” no ha regresado a nuestras pantallas, sus hijos espirituales siguen manteniendo su legado en las siguientes generaciones.
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