
El sol es una fuente de vida y energía indispensable, pero sin la protección adecuada, puede convertirse en un enemigo silencioso para la salud de nuestra piel. La exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) no solo acelera el envejecimiento cutáneo, sino que también incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Según MedlinePlus, los rayos UV pueden penetrar las capas exteriores de la piel, dañando o destruyendo sus células, lo que puede provocar manchas, quemaduras solares, y, con el tiempo, favorecer a la aparición de esta neoplasia.
Además, este tipo de radiación puede agravar diversas condiciones dermatológicas, como el acné, la rosácea, la dermatitis atópica y el melasma. Por esta razón, elegir el protector solar adecuado es clave para proteger y mantener una piel saludable. Sin embargo, no todos los bloqueadores son iguales, ya que cada tipo de piel y condición requiere una formulación específica que no solo ofrezca protección solar, sino que también atienda las necesidades particulares de la piel, sin generar efectos adversos, como irritaciones, enrojecimiento, brotes o manchas.
¿Por qué se debe incluir el protector solar en la rutina diaria?
El uso del protector solar es una medida fundamental para la protección de la piel, incluso en días nublados o en interiores, debido a los efectos nocivos de la radiación UV. Como explicó la doctora Melissa Piliang, dermatóloga de Cleveland Clinic a Bienestar, hasta el 80% de los rayos UV pueden atravesar las nubes y afectar la piel, mientras que los rayos UVA tienen la capacidad de penetrar ventanas y causar daño cutáneo.
“En el Perú, la protección solar es aún más importante, ya que el país registra uno de los índices de radiación ultravioleta más altos del mundo. Los niveles suelen superar los 10 puntos en la escala de radiación UV, lo que se considera alto o extremadamente alto durante todo el año. Por lo tanto, el uso de protector solar debe ser un hábito diario, sin importar la estación o las condiciones climáticas”, advirtió Joel L. Chalco Huamán, médico dermatólogo de la Clínica San Gabriel.
¿Al elegir un bloqueador, es suficiente fijarse en el FPS o hay otros factores clave a considerar?
Aunque el factor de protección solar (FPS) es importante y debe ser de 30 a más, no es el único aspecto a considerar. De acuerdo con el dermatólogo de la Clínica Orion Center, Orion Pizango Mallqui, es crucial que el fotoprotector solar ofrezca una protección de amplio espectro, lo que significa que bloquea tanto los rayos UVA (responsables del envejecimiento) como los UVB (causantes de las quemaduras)

“Es fundamental elegir una fórmula adecuada para cada tipo de piel, ya sea grasa, sensible, seca o normal. También es importante que el protector sea resistente al agua si se va a nadar o sudar. Además, la textura y la facilidad de aplicación juegan un papel clave, especialmente en personas con condiciones cutáneas”, agregó la dermatólga.
Otro factor a tener en cuenta es el tipo de filtro solar:
- Los protectores físicos o minerales: Contienen ingredientes como el óxido de zinc o dióxido de titanio, los cuales actúan como una barrera que refleja los rayos UV.
Los protectores químicos: Estos contienen compuestos que absorben los rayos UV y los convierten en calor, siendo más ligeros y fáciles de aplicar sin dejar residuos.
¿Cómo elegir el bloqueador solar según la condición de la piel?
Acné y piel grasa
La relación entre la exposición solar y el acné es compleja. Si bien el sol puede generar un efecto temporal de secado en la piel, haciendo que los granitos parezcan menos notorios, este beneficio puede ser engañoso. Como recalcó Zelenia Merma, dermatóloga de la Clínica Internacional, la radiación UV puede aumentar la inflamación, estimular la producción de sebo y, a largo plazo, empeorar los brotes de acné. Además, una exposición sin protección eleva significativamente el riesgo de hiperpigmentación y cicatrices en pieles propensas al acné.
Por consiguiente, para pieles grasas o con tendencia al acné, lo ideal es elegir protectores solares no comedogénicos, es decir, que no obstruyan los poros. Según el médico de la Clínica San Gabriel, se recomienda optar por fórmulas oil-free, en gel o lociones ligeras, que se absorban rápidamente sin dejar una sensación grasosa.
“Los bloqueadores solares con efecto matificante, que encontramos en las etiquetas como “oil control” o “toque seco” pueden ser muy efectivos para controlar el brillo en pieles grasas, gracias a que contienen ingredientes con propiedades antiseborreicas. No obstante, algunos pueden resecar demasiado la piel, lo que, en ciertos casos, provoca una sobreproducción de grasa como mecanismo de compensación. Por este motivo, es esencial elegir una fórmula equilibrada que combine control de grasa con una hidratación adecuada”, aseguró Patricia Giglio, dermatóloga de la Clínica Ricardo Palma.
Algunos ingredientes beneficiosos incluyen el ácido salicílico, la niacinamida, el Zinc PCA, el airlicium y el ácido glicirretínico. También son recomendables los filtros físicos, como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, ya que protegen sin irritar la piel. En contraste, se deben evitar productos con aceites, fragancias o alcohol, ya que pueden aumentar la sensibilidad y empeorar el acné.
Asimismo, como indicó el doctor Pizango, una buena alternativa para proteger a este tipo de pieles del daño solar y reducir el riesgo de hiperpigmentación sin causar brotes son los protectores solares con color, puesto que ayudan a unificar el tono y a disimular las imperfecciones.



Rosácea
La piel con rosácea es especialmente sensible a la radiación solar debido a su barrera cutánea debilitada y a la tendencia de los vasos sanguíneos a dilatarse con la exposición a los rayos UV. Esto puede provocar un aumento del enrojecimiento, inflamación y brotes más frecuentes. Por ello, Melissa Piliang destacó que, sin la protección adecuada, el sol no solo agrava los síntomas, sino que también puede intensificar la sensación de ardor y favorecer a la aparición de telangiectasias (pequeños vasos sanguíneos visibles en la piel), lo que empeora la condición a largo plazo.
“Las personas con rosácea deben elegir protectores solares físicos con óxido de zinc o dióxido de titanio, ya que son menos irritantes y ofrecen una protección de amplio espectro. Es importante optar por fórmulas hipoalergénicas, sin fragancias ni alcohol. Algunos fotoprotectores incluyen ingredientes como niacinamida, ácido azelaico, enoxolona, agua termal o vitamina E, que ayudan a calmar la piel y reducir el enrojecimiento. En cambio, se deben evitar sustancias irritantes como hidroxiácidos (ácido salicílico, glicólico y láctico), ácido benzoico, ácido cinámico, lauril sulfato de sodio, bronopol, propilenglicol, urea y ácido sórbico. Además, se recomienda realizar una prueba del parche antes de aplicar cualquier producto nuevo en todo el rostro, para asegurarse de que no cause irritación”, recomendó el doctor Chalco.
En cuanto a las texturas, Merma señaló que las presentaciones en crema o loción son mejor toleradas por las pieles con rosácea, ya que hidratan sin causar irritación. Para reaplicar el protector solar sin dañar la piel, se sugiere hacerlo con una esponja limpia, mediante ligeros toques o utilizando protectores en polvo mineral o brumas sin alcohol, evitando así la fricción excesiva.
Además, los protectores solares con color son una buena idea, ya que los pigmentos con óxido de hierro protegen contra la luz azul, reduciendo el riesgo de irritación y ayudando a camuflar el enrojecimiento sin necesidad de maquillaje adicional.



Dermatitis atópica y piel sensible
Las personas con dermatitis atópica tienen una barrera cutánea debilitada, lo que las hace más propensas a la irritación. Según el doctor Joel Chalco, la radiación ultravioleta puede agravar la inflamación, por lo que el uso de protector solar es fundamental. Sin embargo, algunos productos pueden contener ingredientes que desencadenan brotes o empeoran la condición, por lo que antes de usar un nuevo bloqueador, es aconsejable realizar una prueba de parche.
“Se recomienda elegir protectores solares físicos, hipoalergénicos y libres de fragancias y alcohol. Ingredientes como glicerina, ácido hialurónico, ceramidas o licochalcona proporcionan hidratación, protección antioxidante y un efecto calmante. Dado que la piel atopia suele ser extremadamente sensible o reactiva, es preferible optar por fotoprotectores con fórmulas emolientes, como cremas o lociones, ya que permiten una aplicación más suave y controlada, además de ofrecer una mayor hidratación”.
Para aplicarlos correctamente, se recomienda extender una capa uniforme en la piel limpia y seca, con toques suaves y sin frotar la piel. No obstante, el especialista de la Clínica Orion Center enfatizó que, si la piel está muy inflamada, lo ideal es consultar con un dermatólogo antes de aplicar protector solar sobre lesiones activas.



Melasma y manchas en la piel
La exposición al sol agrava el melasma porque los rayos ultravioletas y la luz visible estimulan la producción excesiva de melanina, el pigmento que da color a la piel. Esto genera estrés oxidativo, aumenta la inflamación y acentúa la pigmentación, haciendo que las manchas oscuras sean más visibles, explicó la doctora Merma.
Por ello, el protector solar es un pilar fundamental en la prevención y tratamiento del melasma. Para ser efectivo, debe ofrecer una protección de amplio espectro (UVA, UVB y luz azul) y tener un FPS de 50 o más. Del mismo modo, como refirió Chalco Huamán, estos deben ser fotoprotectores físicos, ya que crean una barrera contra la radiación y son menos irritantes.
“En este caso, los fotoprotectores con color ofrecen una capa extra de defensa contra la luz visible, ayudando a prevenir la pigmentación. Además, su doble función como base de maquillaje puede fomentar una aplicación más frecuente, lo que mejora la adherencia a la rutina de protección solar”.
Para potenciar su efectividad, se recomienda que el protector contenga antioxidantes y agentes despigmentantes, como:
- Niacinamida (Vitamina B3): Reduce la inflamación y regula la producción de melanina.
- Vitamina C: Protege del daño oxidativo, inhibe la producción de melanina y mejora la luminosidad de la piel.
- Ácido tranexámico: Ayuda a disminuir la intensidad de las manchas.
- Thiamidol, ácido azelaico o vitamina E: Refuerzan la acción despigmentante y antioxidante.
“Es importante aplicar el protector solar no solo en el rostro, sino también en el cuello, escote y manos, reaplicándolo cada tres horas para mantener su efectividad. Además, el uso adecuado de dermocosméticos en pacientes con melasma requiere elegir productos con activos antioxidantes o despigmentantes y aplicarlos en el orden correcto. La rutina ideal comienza con una limpieza con gel o syndet, seguida de la aplicación de vitamina C en sérum, gel o crema. Luego, se recomienda hidratar la piel, especialmente si es seca, y finalizar con el fotoprotector para garantizar una protección óptima”, concluyó el experto.


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