Mathías Panizo Arana

Cuatro mujeres de la tercera edad resultaron heridas este miércoles 21 al ser aplastadas por un paradero de bus. La estructura cedió hacia delante tras el quiebre de los cimientos, golpeando con el techo y la pared a las usuarias. El hecho sucedió pasadas las diez de la mañana en el cruce del jirón Huánuco con la avenida Miguel Grau, a dos cuadras del Hospital Dos de Mayo, en Cercado de Lima. Las víctimas fueron derivadas al mencionado nosocomio, donde se les dio de alta el mismo día con lesiones menores.

Paradero se desprende de su base en Cercado de Lima
Paradero se cae y casi mata a ancianas

Al lugar de los hechos llegó personal de serenazgo de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), así como funcionarios de la Autoridad de Transporte Urbano de Lima para Lima y Callao (ATU). La estructura fue retirada del lugar. Atendida la emergencia, la MML señaló que la entidad responsable de velar por el estado de los paraderos es la ATU. En comunicación con El Comercio, la entidad edil reiteró la mención. Por su parte, la ATU precisó por medio de sus redes sociales que la estructura “fue heredada de la Municipalidad de Lima” en agosto del 2008.

Cabe resaltar que la ATU refirió que la estructura fue aprobada por Resolución de Gerencia N.º 608-2008-ML-GTU, GTU siendo las siglas de la ya disuelta Gerencia de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima. Aquella entidad dejó de operar y se trasladaron sus funciones con la creación de la ATU en el 2018, entidad adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).

Mal estado

Lo sucedido este miércoles no es un hecho aislado. El Comercio recorrió esta transitada e importante avenida del Centro de Lima y constató que la mayoría de los paraderos se encuentran en mal estado. Se trata de estructura metálicas con una banca, un techo en curva y una pared transparente a la espalda. Las bases se encuentran oxidadas, dañadas e incluso rotas. En más de una ocasión, las bases de estos paraderos -que están ancladas a la vereda- estaban sobre el aire.

Este Diario pudo registrar la forma como el óxido ha corroído las estructura, incluso afectando los puntos de soldadura. Los soportes y las uniones presentan huecos, que revelan que debajo de la pintura gris, el metal está de color herrumbroso. En el piso, los pedazos del material carcomido permanecen desparramados. El olvido de estos paraderos es absoluto.

De hecho, la propia Municipalidad Metropolitana publicó un video por medio de sus redes sociales en el cual muestra la precariedad de esta infraestructura, que es descrita como parte esencial del ecosistema del transporte terrestre según las normas de la ATU. “¿Y a quién le corresponde supervisar el buen estado de estos paraderos? A la ATU”, puntualiza el audiovisual de la entidad edil.

Funciones

El Reglamento de la Ley 30900, que crea la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, establece que la ATU tiene una función supervisora. Según el texto normativo, parte de esta es “supervisar la calidad de la prestación integral de los servicios de transporte terrestre y sus servicios complementarios, considerando las necesidades de los Usuarios, así como establecer estándares de calidad de servicio”.

Dentro de lo que es el ecosistema del ‘servicio de transporte terrestre’ se encuentra -según dicta el Reglamento- la ‘infraestructura complementaria’. Esta se define como “el conjunto de instalaciones físicas, mecánicas o electrónicas, cuyo propósito es facilitar o complementar la operación del servicio de transporte terrestre de personas, procurando un servicio en condiciones de calidad y seguridad”.

Por otro lado, el Reglamento de Organización y Funciones (ROF) de la Autoridad de Transporte Urbano establece que es la Subdirección de Servicios de Transporte Regular la oficina encargada de “monitorear el cumplimiento de indicadores de desempeño y niveles de servicio referidos a la operación, mantenimiento, seguridad y otros vinculados con la etapa de explotación de la infraestructura vinculada a la prestación de los servicios de transporte regular”.

Esta Subdirección también tiene la obligación de “realizar acciones de verificación al cumplimiento de los aspectos comerciales y administrativos, económico, financiero, estándares de calidad y niveles de servicio, operación y mantenimiento de la infraestructura”. El ROF también le encarga “atender o realizar el seguimiento a las quejas de los usuarios y operaciones de los servicios de transporte regular”. El Comercio intentó contactar con la ATU, pero al cierre de esta edición no emitieron mayores detalles al respecto.

Por otro lado, el Reglamento Nacional de Administración de Transporte establece que en vías urbanas -como lo es la avenida Grau- la responsabilidad de “establecer restricciones o prohibiciones a la instalación de un paradero de ruta” recae sobre la autoridad competente de ámbito provincial. En Lima Metropolitana y el Callao, dicha autoridad es la ATU.

Dicho esto, es importante precisar que de acuerdo con la Ley Orgánica de Municipalidades, las Municipalidades Provinciales tienen la función exclusiva de “normar y regular el servicio público de transporte terrestre urbano e interurbano de su jurisdicción, de conformidad con las leyes y reglamentos nacionales sobre la materia”. La ley también refiere que las provincias deben “promover la construcción de terminales terrestres [diferente a paraderos] y regular su funcionamiento”. Sin embargo, Lima Metropolitana ha cedido varias de estas funciones a la ATU.

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