El esperado decreto supremo fue por fin publicado en el diario oficial. Como parte de la fase 4 de la emergencia sanitaria, se aprobada el retorno a las actividades teatrales, limitadas sin embargo al 40 % de aforo en salas y al 60% en espacio libre. ¿Con esas medidas, cómo ve el gremio la reactivación de su actividad teatral? ¿Cómo echar a andar una máquina detenida tanto tiempo? ¿Y la disponibilidad de los artistas que tuvieron que resistir 10 meses de suspensión laboral? Son muchas preguntas y las respuestas, comentan los expertos, de irán planteando sobre la marcha. Aquí sus comentarios.
David Carrillo, director de Yestoquelotro Estudio Teatro:
“Las restricciones animan la creatividad”
Veo la reapertura con bastante ilusión. Los teatros fuimos una de las primeras actividades en cerrar por voluntad propia. Cuando el expresidente Vizcarra decretó el Estado de Emergencia el sábado 14 de marzo y la cuarentena obligatoria, ya todos los teatros habían dejado de operar entonces. Ahora, que se permite abrir las salas al 40 % se hará cumpliendo los protocolos. Así como hubo un cierre muy responsable, no creo que la reapertura sea irresponsable.
¿Cómo echar a andar una máquina detenida tanto tiempo? En realidad todos los teatros hemos seguido operando. En mi caso particular, en Yestoquelotro seguimos con nuestro taller de formación actoral. El pago de ese grupo de 20 alumnos permitió que el espacio no se pierda a pesar de que las clases eran virtuales. Igualmente, otros teatros se han mantenido activos gracias a la virtualidad, ya sea ofreciendo talleres, mostrando algunos experimentos de teatro virtual, etc. La maquinaria no estaba apagada.
Tal vez lo que nos cueste reactivar sea la maquinaria del público. ¿El público tendrá ganas de sentarse en una sala de teatro? Esa es la gran pregunta. Para quedar en azul, una obra debe cubrir un 35% de su aforo. En realidad, el teatro siempre ha sobrevivido con un 30 o 40 % de espectadores en sala. Alcanzar el 50% de aforo en promedio ya es un éxito. Y alcanzar el 80 o 90% resulta una excepción. Pero lo que nos preocupa es que no sabemos si ese 40% de la reducción de aforo sea una fracción de un aforo ya reducido. Eso lo iremos averiguando en la cancha.
Por parte de los artistas hay mucha voluntad, muchas ganas de volver a las funciones presenciales. Sin embargo, también hay muchos actores preocupados por su salud, para aquellos que pasan los 65 años no estará liberado el protocolo. Hay que leer con atención que dice el protocolo del Minsa al respecto. Lo que podría decir también es que las restricciones animan la creatividad. Si se nos dice que solo podremos contratar tres actores en escena, seremos creativos para responder al reto. La virtualidad nos ha enseñado mucho. Por ejemplo, si el 40% de aforo no permite cubrir los costos, probablemente la obra también podría venderse por ‘streaming’. Eso quiere decir que habrá un público presencial y virtual a la vez, compuesto tal ves por adultos mayores o público lejos de la ciudad. ¡Y también podrían haber actores virtuales! Si no puedo hacer una obra con Alberto Ísola o con Alfonso Santisteban en escena, tal vez podrían estar presentes en una pantalla, interactuar desde su casa.
Por nuestra parte, pensamos reabrir la sala al público en marzo próximo, mientras que la convocatoria a los talleres presenciales a partir de enero.
Cesar de María, dramaturgo:
“Los jóvenes serían el primer público que asista”
La reactivación de cualquier actividad económica depende mucho de la data con que se cuente. No sabemos cuántos de los que comían en restaurantes o que iban al teatro o al cine han permanecido aislados y cuántos han salido. Podemos inferir que los más jóvenes, por su menor riesgo, podrían ser ellos el primer público que asista a las actividades que se abran. Y también podemos deducir que los mayores y las familias seguirán cuidándose.
Si al mermado público teatral, ya reducido antes de la suspensión de actividades, le restamos los adultos mayores y las personas de mayor riesgo frente a la enfermedad, así como las personas que ya no pueden comprar entradas al teatro por la recesión causada por la pandemia, nos queda aún menos público para hacer teatro. Creo que la oferta va a tener que diversificarse. Habrá que salir a cazar al público con productos más populares, mejores precios y espacios abiertos, entre otras opciones.
Creo también que el Estado podría apoyar esta actividad cultural auspiciando presentaciones en espacios abiertos o poniendo a su servicio los muchos espacios estatales a disposición de las artes escénicas. Si los parques, las áreas públicas o incluso los estacionamientos fueran habilitados; si el arte vuelve a los escenarios, y si las orquestas vuelven a sonar y los bailarines a danzar, sentiremos que la vida vuelve.
Julia Thays. Actriz, dramaturga y directora escénica:
“El Estado debe mantener un rol equilibrado para apoyar al teatro comunitario, al independiente”
La reactivación es muy positiva y creo que será manejada con responsabilidad en las salas y espacios culturales del Perú. Sin embargo, desde hace unos cuantos años, el público es sumamente escaso para hacer de la actividad teatral una industria rentable y fortalecida. Está instaurada entre los teatristas la típica aseveración de que “nadie hace teatro para ganar plata”, romantizamos la precariedad de un oficio que es ejercido a partir del privilegio de poder tener otros ingresos para poder realizarlo, lo cual lo elitiza aún más.
Ese 40% de aforo probablemente será el promedio regular de asistencia a las salas. Tengo fe en que las instituciones culturales y las compañías independientes podemos activar en conjunto un trabajo de generación de audiencias o formación de públicos y además otorgarle reconocimiento a ese teatro que se hace en las calles y comunidades, pues éste significa para el teatro peruano el inicio de la conexión con mucha mayor diversidad de personas.
El Estado debe mantener un rol equilibrado para apoyar al teatro comunitario, al independiente y también a ese oficial que se desarrolla en las grandes salas. Pero ojo, históricamente el teatro hecho desde las calles y las comunidades es el que merece una prioridad urgente. La pandemia ha venido a remover todos nuestros cimientos y a evidenciar que tal vez por mecanismo de defensa de nuestros espacios creativos o nuestra idiosincrasia individualista, llevamos más de cuatro generaciones sin generar un sindicato oficial de teatristas que nos dé representatividad ante el Estado y la comunidad. En la realidad sí nos sentimos unidos, ¿eso bastará para estar preparados para asumir estos retos? Confío en que más temprano que tarde lo conseguiremos.
Marco Muhletaler. Director teatral y Director del CCPUCP:
“Lo que se viene para los teatros no será fácil”.
El esfuerzo que está haciendo el Ministerio de Cultura por la reactivación del sector de las artes escénicas es grande y me da confianza saber que se está buscando, a nivel del Ejecutivo, recuperar una actividad aplastada por la pandemia. De todos modos, lo que se viene para los teatros no será fácil. Pensar la reactivación solo en términos de apertura de salas con aforo limitado no permite dibujar la cancha completa. Siendo parte de un sector muy vulnerable, desde lo económico, pero también desde la demanda del público, los teatros tendrán que superar muchos retos para poder abrir: inversión medianamente alta en protocolos y bio seguridad, costos regulares de producción, entre otros.
El otro gran tema es la expectativa de las ventas. Estamos claros que aforo no es igual a ocupación de sala. No estoy tan seguro que el público que mayoritariamente asistía al teatro – adulto y adulto mayor – quiera volver a salas cerradas. Si bien puede ser una oportunidad, es un contexto muy complejo para tentar llevar a nuevos públicos a los teatros.
De lo que estoy convencido es que esta pandemia nos va a llevar a un teatro más esencial; menos parafernalias y más centrado en los actores. Seguramente volveremos al monólogo o a obras de muy pocos actores y actrices y de producción muy austera.
¿Cómo echar a andar una máquina detenida tanto tiempo? Esa es la gran pregunta. Nuestros esfuerzos han estado muy enfocados en la digitalización de nuestras obras, en su adaptación para el mundo digital. Se trataba de conquistar un nuevo medio y hacerlo nuestro. Eso nos dio un periodo de gracia en el que el público, generoso y solidario, aguantó funciones que se colgaron, malas conexiones, etc. Poco a poco nos fuimos perfeccionando como sector y saltamos a los teatros a grabar las obras con la mejor calidad y producción posible.
Volver ahora a lo presencial será difícil con economías y presupuestos menguados y con la esperanza de tener por le menos el 50% del 40% de aforo. Creo que habrá que ser muy creativos en la manera de llamar la atención del público y muy consistentes en transmitir que ir al teatro, con todas las precauciones y protocolos, puede ser una actividad segura. La unión hará la fuerza; debemos ser capaces de transmitir, como sector de las artes escénicas, un único mensaje. Eso es difícil, pero no es imposible. Hemos logrado antes integrarnos para una causa común.
Por su parte, creo que los creadores están esperando el pistoletazo de partida para correr a los teatros. La esencia del artista está en la creación y vaya que han tenido de dónde extraer inspiración en este tiempo tan distinto que hemos vivido. Creo que son muy pocos los artistas que no vean con buenos ojos esta reactivación. Probablemente en panorama para los productores sea distinto. Sobre ellos recae el peso de hacer sostenible – ojo que no he dicho rentable – el regreso a las tablas.
Eduardo Adrianzén, dramaturgo. Director del Teatro Racional:
“Yo solo espero a los jóvenes que quieren vivir sin miedo”
La reactivación será lenta y a muy duras penas se realizará durante todo el año 2021. Calculo que solo del 25 al 30% de las salas volverán a trabajar de forma presencial, porque es imposible que haya ganancia. Si cubres los costos de abrir la puerta y pagar la luz y limpieza del teatro, ya será un éxito.
Solo volverán los actores y artistas que quieran tener presencia y participar en la reconstrucción. Nadie ganará un sol. Los que queden, lo harán literalmente por amor al arte.
Por mi parte, yo solo espero trabajar para el público joven y los pocos adultos valientes, porque doy por hecho que los adultos no irán al teatro. Vamos a ser satanizados. Ya metieron el chip del pánico, y aunque la gente muera de cáncer o infarto, dirán que murió por ir al teatro. Así al menos yo solo espero a los jóvenes que quieren vivir sin miedo.
Mariana de Althaus, directora y dramaturga:
“Los teatros pequeños no creo que puedan solventar sus costos sólo con 40% de aforo”
Creo que algunos teatros han cerrado definitivamente. Y supongo que los que tendrán más posibilidad de abrir son los más grandes, que tienen auspicios y también los que ya antes de la pandemia sobrevivían con poco más de 40% de la taquilla. Los teatros pequeños no creo que puedan solventar sus costos sólo con 40% de aforo. A menos que hagan producciones muy austeras y atractivas para que el público llene ese 40%. Como están las cosas, muchos tememos que ni siquiera se llegue a llenar ese aforo por el miedo al contagio.
Sobre la gente que trabaja en las obras (actores, directores, técnicos, personal de limpieza, etc), supongo que la mayoría ha estado trabajando este año en lo mismo en lo que trabajaba antes de la pandemia (enseñanza, publicidad, televisión, etc), dudo que la gente no esté disponible. Casi nadie se dedica sólo al teatro en este país, casi todos lo hacemos en las horas en que no trabajamos en algo estable. Supongo que vamos a tardar unos meses en empezar a ver teatros abiertos, porque justo nos agarró el verano y en estas épocas nunca hay teatro. Me imagino que en verano abrirán algunos pocos, tanteando, y que recién en abril empezarán las temporadas. Lo bueno es que ya podemos empezar a ensayar.
Un ejemplo en la región: en Buenos Aires, hace más de dos meses, dieron luz verde a los teatros, pero aun no pueden abrir los independientes, que son decenas. No sólo es el aforo, es el gasto que significa ventilar el espacio, el protocolo de limpieza, etc. Y también las precauciones para los actores: que deben hacerse pruebas para actuar cerca a los otros, etc.
Juan Carlos Adrianzén. Productor teatral, director de programación del Teatro Mayor de Colombia:
“tomará un tiempo que un sector del público pierda el miedo”
Es una gran noticia para el sector, tengo entendido que el Ministerio de Cultura ha trabajado mucho para lograr que nuestros teatros sean incluidos en esta etapa de la reactivación. Toca ahora esperar a los protocolos que apruebe el Ministerio de Salud y poder habilitar las salas.
La reactivación -que ya estamos viviendo en Bogotá desde hace unas semanas- no es tarea sencilla, esta noticia es el punto de partida para lo que será un arduo trabajo que enfrentará el sector. Lo primero será mantenerse con salud, manteniendo a los trabajadores sanos, luego brindar un espacio de seguridad al público, pero que a la vez no lo espante, sino que genere confianza para volver a las salas. Esto último no será seguro tarea fácil, tomará un tiempo que un sector del público pierda el miedo, así que cuanto antes empecemos, antes superaremos ese momento. Estemos preparados también para que el retorno no sea masivo.
La comunicación en este punto es fundamental, y si es conjunta, como sector, será más efectiva; estos tiempos nos han enseñado que estábamos bastante dispersos, poco integrados, en este momento lograr comunicar al público que nuestras salas son espacios seguros será más efectiva si la voz y el mensaje es claro y unido. Pensando desde la gestión, la habilitación de las salas es también una inversión frente a la que debemos medir nuestras fuerzas, el deseo de volver a abrir los teatros debe ir acompañado de un ejercicio realista de evaluación financiera.
Para los artistas y todos los profesionales que trabajamos en el sector es una sensación de felicidad indescriptible el volver a encontrarnos con el público luego de tantos meses. Queda un camino por recorrer, pensar nuestra manera de trabajar siempre sin bajar la guardia frente a la pandemia, elegir los espectáculos que podemos en estos tiempos llevar a escena con estas variables que nos impone la realidad, y no perder de vista el espacio virtual que se nos ha revelado como un nuevo escenario sin duda.
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“Casi 150 000 personas van a ser beneficiadas con estas reaperturas”
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