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Renunció a todo y viajó al Líbano para conectar con sus raíces: así nació Ezzem, el nuevo templo de la cocina de Medio Oriente en Lima
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Al entrar a Ezzem, lo primero que llama la atención es su espacio elegante y acogedor: paredes blancas que transmiten calma y sofisticación, lámparas de luz tenue que invitan a la conversación pausada, y mesas de madera que parecen listas para recibir a los mejores comensales. Aunque el diseño es moderno, el alma del lugar es profundamente tradicional; se respira un ambiente de familia y hogar. Ursula Mohanna y su madre, Ursula Reves, siempre supieron que querían que ese espíritu se sintiera en cada rincón. Aquí, los protagonistas son los platos, pero también las historias que los inspiran.
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Este restaurante, ubicado en Miraflores, abrió sus puertas el 21 de diciembre de 2024, en plena víspera navideña, casi como un regalo para quienes buscan sabores nuevos sin dejar de lado el calor de lo familiar.
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El nombre Ezzem no es casual. Es mezze escrito al revés, en alusión a la tradicional selección de pequeños platos y aperitivos que se comparten en los países del Medio Oriente. Esa es justamente la intención del lugar, que cada visita sea una experiencia colectiva y llena de identidad pero también de confort.

Sabores de herencia viva
Úrsula Mohanna, fundadora del restaurante, no solo dirige el proyecto, lo lleva en sí misma. Nacida en una familia de origen libanés, palestino y sirio, creció entre preparaciones intensas y festivas que aparecían en ocasiones especiales. “Era la comida de los aniversarios, de los cumpleaños, de las reuniones familiares”, recuerda. “Yo no quería seguir esperando fechas especiales para comer lo que más me gusta”, por lo que inició con uno de los mayores retos de su vida.
Tras años en la industria farmacéutica, decidió dar un giro radical. Renunció a su trabajo y viajó al Líbano en 2023 con una idea en mente, la de poner su propio restaurante de cocina de Medio Oriente. En esta travesía quería comprobar si los sabores que llevaba en la memoria coincidían con los originales. Y así fue. “Me sorprendió descubrir que los sabores que heredé se habían conservado intactos, sin distorsión, como si el tiempo los hubiera resguardado”, menciona. Ese viaje marcó el cierre conceptual de lo que se convertiría en Ezzem.

Junto a su madre, quien desde siempre fue la encargada de preservar las recetas familiares y hoy es también su socia en el restaurante, y con el apoyo de un chef formado en técnica pero sin experiencia previa en cocina del Medio Oriente, crearon una carta auténtica y minuciosa, donde cada preparación tiene un propósito, una historia y un sabor real.
Las recetas salieron de los libros y cuadernos familiares, sabían muy bien cómo preparar cada uno de los potajes, pero también sabían que la experiencia de un chef las ayudaría a definir los platos con técnica, sin perder la esencia de cada presentación.
Cocina con alma y creando todo desde cero
En Ezzem, nada es artificial. Las salsas se preparan desde cero, los ingredientes se respetan y las técnicas se han ido afinando con cuidado y respeto por los sabores. No hay fusión innecesaria, porque primero se quiso preservar la esencia. “Hoy hay muchas versiones criollizadas del shawarma o falafel, con mayonesa y otras adaptaciones, pero queríamos ir más allá, regresar a lo casero, a esa cocina de Medio Oriente que no se suele encontrar en la carta de un restaurante en Perú”, cuenta Úrsula.

La carta tomó más de tres meses en definirse. Úrsula no buscaba simplemente ofrecer comida sabrosa, sino trasladar una cultura entera a cada mesa. En el Medio Oriente, todo gran momento se celebra alrededor de una mesa generosa, colmada de sabores y afectos. Para Úrsula y su familia, la comida no solo nutre el cuerpo, sino también el alma, la conversación, el reencuentro. Esa idea, que la acompaña desde niña, es la que quiso reproducir en este espacio creado con amor por la cultura y la gastronomía de sus raíces. Aquí, cada plato está pensado para compartirse, como en una gran celebración.
Una experiencia que se siente como estar en casa
Es común ver a Úrsula recorriendo las mesas, saludando a los comensales, contando la historia de los platos o recomendando opciones según los gustos y preferencias. Su presencia le da al espacio una atmósfera de confianza y cercanía. Ezzem se siente íntimo, aunque esté lleno.

Muchos de los comensales son extranjeros que buscan reconectar con otras culturas o descubrirlas. Pero también hay peruanos que, saliendo de la rutina del ceviche y el lomo saltado, se animan a probar nuevos mundos. Porque eso es lo que ofrece Ezzem, un viaje a través del gusto, donde cada bocado abre una ventana a tradiciones lejanas.
Las estrellas de Ezzem: los platos
En Ezzem, cada plato llega a la mesa con una historia que se cuenta a través del sabor, las texturas y la memoria. En Provecho te compartimos algunas recomendaciones para dejarte guiar por el paladar:
El Muhammara es un dip de pimientos morrones asados es una entrada intensa, pero equilibrada. La dulzura natural del pimiento se potencia con un leve toque picante y una textura que evidencia lo artesanal de su preparación. Tiene nueces coronando el dip, lo que le da una textura nueva y única. Una entrada ideal para abrir el apetito.

El hommus bi lameh se presenta como un clásico reinterpretado con carácter. El hummus, hecho a base de garbanzos y ajo con un picante muy sutil, se sirve con carne en término 3/4 jugosa. Es uno de esos platos que resumen la esencia del lugar, tradición, calidez y técnica.

El falafel con tarator tiene un exterior crujiente, interior suave y especiado. Estos falafel resaltan por su equilibrio y acompañan perfecto con la salsa tarator, a base de tahini y limón.

Los warak enab son unos bocadillos de hojas de parra rellenas de carne especiada y arroz y son los favoritos de quienes conocen la cocina del Medio Oriente. Un bocado lleno de frescura y fuerza.

El fattoush es una ensalada típica libanesa que sorprende con su frescura. La mezcla de vegetales se combina con granada y pita crocante encima. Al romper la capa de pita, este acompaña con una textura única la ensalada. Es ligera, pero contundente, ideal para quienes buscan algo fresco con sabor.

El pulpo grillado con milhojas de papa es una oda a la buena cocina. El pulpo, cocido con precisión y terminado a la parrilla, se sirve con una salsa especiada de tomate con notas picantes sutiles. El acompañamiento de un milhojas de papa crocante por fuera y cremoso por dentro, acompañado de una emulsión de ajo (toum) eleva el plato.

Para cerrar la visita, el tahine brownie con pistacho y helado de vainilla es un gran broche de oro. El brownie es suave y melcochudo, evitando el clásico error de volverse seco. Llega cubierto con una crema de pistacho que está combinada con kataifi crocante que recuerda a los populares chocolates de Dubái que están de moda. Todo esto se acompaña con un helado de vainilla que refresca y equilibra el dulzor.

Horario:
de martes a sábado de 7:30 p.m. a 10:30 p.m. / domingos de 8:45 a.m. a 12:00 p.m. (brunch) - 1:00 p.m. a 5:00 p.m. (almuerzo)
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