
El estado de la infraestructura vial en el Perú se encuentra en una situación crítica, con puentes que colapsan, sufren impactos de vehículos de carga pesada o presentan serios daños estructurales debido a la falta de mantenimiento. En distintos puntos del país, estas fallas han generado accidentes, tránsito interrumpido y pérdidas humanas. A pesar de las advertencias y estudios previos sobre los riesgos que presentan estas estructuras, las soluciones llegan tarde y de manera paliativa. Solo en los últimos cinco meses, El Comercio contabilizó que al menos 10 puentes terminaron dañados o colapsados debido a diferentes motivos.
Caso puente Ricardo Palma
La mañana del pasado 15 de octubre, el puente Ricardo Palma, que conecta el centro de Lima con el Rímac fue impactado por un camión de carga pesada. Producto del hecho, la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos (Emape) restringió de manera indefinida el tránsito vehicular. Cabe resaltar que la altura máxima del puente que cruza la Vía Evitamiento es de 4.20 metros.

Esta situación se produjo luego de que, una semana antes, otro camión impactara contra una de las vigas del puente, destruyéndolas y obligando a generar desvíos en la zona. Tras las reparaciones, el pasado 9 de enero se reabrió el tránsito sobre el puente. Emape informó que demolió la parte dañada, instaló tres vigas nuevas y colocó losas prefabricadas para cubrirlas.
“El puente Ricardo Palma ahora tiene mayor altura. Ha pasado de 4.5 a 4.72 metros de altura y, además, tiene mayor robustez porque hemos cambiado una viga por tres vigas nuevas. De esta manera, exhortamos a todas las empresas de carga y a todos los conductores de mercancía que cumplan con las normas de altura y peso porque cualquier daño que ocasionen a la infraestructura van a ser denunciados penalmente”, precisó Carlos Peña, dijo a Andina el general de Emape.
Poco más de un mes después de la reapertura, un camión chocó contra una estructura metálica colocada en la zona, provocando su colapso. El accidente se reportó alrededor de las 9:30 de la noche, generando caos vehicular. Imágenes en redes sociales muestran a pasajeros abandonando buses y autos para continuar su trayecto a pie.
Deterioro del puente modular en Ate y Lurigancho-Chosica
Una semana antes, en el límite de Ate y Lurigancho-Chosica, diversos huecos en la plancha base del puente modular Santa Clara II provocaron múltiples accidentes. Esta estructura presenta serios daños estructurales desde hace más de cinco años. Una vecina de la zona declaró a El Comercio que solo cuando llega la prensa, las autoridades se acercan a “parchar” los agujeros que aparecen.
Cabe resaltar que hace tres años, este Diario alertó sobre un gran hueco en el tablero de metal de la estructura, poniendo en riesgo a los ciudadanos que cruzaban por allí. A pesar de que las autoridades anunciaron que se realizarán los trabajos de mantenimiento correspondientes, la situación no ha mejorado para la estructura donde transitan más de 100 vehículos al día, según personas de la zona.

Frente a esta problemática, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) informó que la gestión del puente está a cargo de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML). No obstante, debido a la urgencia de restablecer el tránsito en la vía, se ha realizado una inspección técnica para verificar las condiciones del puente y se suministrarán los materiales necesarios para reemplazar los paneles del piso que requieren cambio.
En tanto, la Municipalidad Distrital de Ate informó que el MTC viene realizando los cambios de las placas en mal estado para la reparación del puente modular que tiene casi 15 años de instalado en la zona.
Colapso del puente Chancay
El pasado 13 de febrero, el puente Chancay colapsó justo cuando un auto y un bus interprovincial con más de 40 personas cayeron al vacío, lo que provocó el fallecimiento de tres personas, la desaparición de una y dejó más de 30 heridas. Inicialmente se atribuyó el incidente a las intensas lluvias, pero luego surgió la hipótesis de una falta de mantenimiento que debilitó la estructura del puente.

Indeci ya había advertido hace 18 años que lluvias intensas o un eventual fenómeno de El Niño ponían en peligro al puente Chancay. Incluso, proyectó que los trabajos de mejoramiento de la estructura tendrían un costo superior a los 300 mil soles, según el informe final “Mapa de peligros de la ciudad de Chancay”, publicado en marzo del 2007.
Medidas y supervisión de infraestructura
El Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran) informó que, ante la proximidad de la temporada de lluvias, notificó en noviembre a Norvial sobre la necesidad de reforzar las actividades de mantenimiento en puentes, pontones, cunetas y alcantarillas. En este sentido, se solicitó reforzar, así como inspeccionar estas estructuras .
Ositran verificó que se implementaran las medidas necesarias y que se subsanaron las observaciones detectadas. No obstante, el colapso registrado se debió a una socavación en el pilar central del puente, daño que no había sido evidenciado en inspecciones previas a las lluvias. “A la fecha, la empresa Norvial se encuentra encargada de recuperar la transitabilidad de la vía, por lo que Ositran continuará supervisando el cumplimiento de sus obligaciones”, informaron.
En tanto, el MTC y Norvial, concesionaria, vienen armando los puentes modulares que servirán para que el tránsito en la vida sea reanudado en el kilómetro 75 de la carretera Panamericana Norte.
Expertos en ingeniería civil advierten deficiencias estructurales
Luis Morán, profesor de Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) advirtió que la mayoría de los puentes colapsados en el país han cedido debido a factores hidráulicos, por lo que recomendó que el MTC revise y ajuste los parámetros de construcción de estas estructuras para mejorar su resistencia. Asimismo, recordó que, según la normativa vigente en el Perú, la vida útil de un puente es de 75 años, aunque sin mantenimiento adecuado, difícilmente superará los 40 años.
En esa línea, el ingeniero Jack López, experto en ingeniería de puentes, subrayó la necesidad de revisar todas las infraestructuras expuestas a fuertes caudales de agua. “En la red nacional hay muchos puentes con igual actividad o muchos más activos que el puente Chancay, por lo que se requiere una evaluación detallada por profesionales especialistas en la materia”, declaró.
El ingeniero civil Luis Miguel Estrada Mendoza, destacó la urgencia de implementar un programa de monitoreo estructural para los puentes que cruzan ríos, especialmente aquellos con pilares en el cauce, debido a la constante variabilidad del flujo.
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“Los puentes han sido diseñados con códigos o normas antiguas, entonces ya no están cumpliendo los códigos y normas actuales. El río tiene una actividad muy dinámica, es decir, lo que pasó hace 50 años tal vez sea muy diferente a lo que sucede actualmente. Adicionalmente a ello se suman los procesos de cambio climático o cíclicos de las lluvias”, declaró el experto.
El ingeniero civil y profesor de la Universidad Nacional de Ingeniería, Alberto Ramírez, declaró a El Comercio que todas las estructuras están diseñadas para resistir condiciones extremas, por lo que no se puede argumentar que su colapso se deba a factores imprevistos.
“Todos los diseños se hacen identificando los factores más explícitos. Si falla la estructura no es por mal diseño, generalmente puede ser por mal procedimiento constructivo y en el caso de puentes y carreteras, en el 99% de los casos es debido a la falta de mantenimiento adecuado como el preventivo o correctivo. También por la falta de reemplazos en algunas partes de los puentes”, indicó el experto.
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Asimismo, Ramírez enfatizó que el hecho de que un puente llegue al límite de su vida útil no significa necesariamente que colapsará. Explicó que, con un mantenimiento adecuado, las estructuras pueden seguir funcionando sin inconvenientes.
“Son vitales las visitas e inspecciones in situ a cargo de especialistas que observen los puentes, las carreteras, los centros comerciales, para que puedan identificar grietas, fisuras, corrosión, entre otros. Con ello formular soluciones. Esta acción es una primera medida fundamental para mantener las infraestructuras”, agregó el ingeniero.
Más casos
Tres días antes del colapso en Chancay, un tráiler chocó contra la estructura de protección del puente Bajada de Baños en Barranco. El impacto dejó severos daños y obligó al cierre de la vía en el sentido sur-norte de la Costa Verde. El fuerte choque provocó el colapso de la estructura metálica, que cayó sobre una camioneta, destrozando su parabrisas y dañando la parte delantera. El conductor del auto, que salió ileso, relató que no pudo evitar el accidente.

El pasado 15 de febrero, en Arequipa, la policía cerró el acceso al puente Ernesto Gunter por una serie de grietas generadas tras la crecida del río. Días después, en Huaral, cerca del centro poblado de Palpa, se reportó que un puente estaba a punto de colapsar por el aumento del caudal y la falta de mantenimiento.

En tanto, en Chosica se clausuró el puente Girasoles, que une el distrito con Chaclacayo, debido a graves daños estructurales. La decisión fue tomada por el MTC y las autoridades locales. Una situación similar se presentó con el puente Caracol en el mismo distrito.
La crisis en la infraestructura vial continúa sin una solución definitiva, evidenciando la necesidad de un monitoreo estructural urgente y mantenimiento constante para evitar más tragedias.